Capítulo 3

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— Regresaré por la noche para salir a cenar, tendrás que esperarme listo. —comentó Lian en el desayuno, tan solo a la mañana siguiente de su pedida de mano.

— Está bien. —respondí sin siquiera mirarlo a la cara y mientras comía un poco de cereal en un bol.

Usualmente, una pareja estaría en la cúspide de la felicidad tras el compromiso oficial y serían personas empalagosas durante varios días. En nuestro caso, era como si la noche anterior no hubiera pasado. Solo era un día más en la casa de Lian Kilen Wang.

Honestamente, tampoco esperaba mucho por parte de él después de ese beso seco que nos dimos en la fiesta.

Sin embargo, cuando levanté la vista de mi plato de cereal, me encontré con él haciendo un esfuerzo para acercar su rostro al mío.

— ¿Qué sucede? —pregunté desinteresado—. ¿Quieres que acomode tu camisa?

— Dame un beso. —pidió con un gesto serio.

Aquello me tomó por sorpresa, pero no lo suficiente para que se viera reflejado en mi rostro.

Debido a la costumbre, no se me hizo problema darle un breve beso y luego continuar comiendo mi desayuno con tranquilidad. Ni me percaté de que pasó un buen rato y él todavía no salía de la casa.

— ¿No estás feliz por lo de ayer? —preguntó Lian.

No, no lo estoy. Me da igual.

— Ah, sí —contesté con una sonrisa falsa—. Ya quiero contarles a mis padres.

— Yo les conté ayer.

— Oh, bueno. Me ahorraste el trabajo —seguí comiendo mi cereal con paciencia, pero él siguió ahí, parado, y me irritó—. ¿No tienes que ir a trabajar?

— Sí, ahora me voy. —avisó con la misma seriedad que lo caracterizaba, aunque lucía un poco consternado. Seguro tenía problemas que atender en el trabajo.

Se retiró de la casa en ese instante y solté un gran suspiro.

¿Acaso tendría que pretender ser este muñeco perfecto durante todo lo que nos queda de vida solo para darle el gusto? ¡Qué dolor de cabeza!

Para mi desgracia, todo parecía indicar que así sería. Yo me casaría con Lian en el extranjero, regresaríamos a Tailandia y usaríamos los lujos para compensar nuestra infelicidad por el resto de nuestras patéticas vidas. No habría muchos besos, ni abrazos, definitivamente no habría sexo... Solo bienes, dinero y sonrisas fingidas.

Al menos me consolaba la idea de no tener que trabajar... Y tener otras opciones para divertirme.

Saqué mi celular para ver si había llegado algún mensaje de la persona que yo esperaba y sonreí al darme cuenta de que sí.

"¿A qué hora?"

Debido a que Lian quería que salgamos juntos en la noche, los planes que tenía para ese día habían cambiado drásticamente.

"¿Puedes más temprano? ¿De 3 a 5 P.M.?", le escribí.

"Claro. Nos vemos donde siempre;)", contestó.

Durante lo que restó de la mañana, esperé con ansias a que llegara la tarde. Estaba un poco emocionado por ver a Jack. Después de todo, no nos habíamos visto por algunas semanas, ya que Lian estuvo quedándose más tiempo en casa durante los preparativos de la fiesta de su padre.

Desde que me mudé con él y me di cuenta de que lo nuestro jamás podría funcionar, comencé a escaparme más frecuentemente a Gemini, el club de mi amigo Jay, en el cual yo cantaba de vez en cuando. Fue ahí en donde conocí a Jack, un chico nuevo en la ciudad.

Thin White Lies - Lian y Kuea (Cutie Pie fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora