Un total desquiciado

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Jungkook observaba todos los pasteles de aquella pastelería, a su lado su hermano observaba el reloj pues llevaban alrededor de una media hora eligiendo un pastel para Jimin. Taehyung no había recibido noticias de Seo después de haberse deshecho de su espía en su empresa y, para su pesar, aún no atacaba. Él tenía tres semanas  de haber regresado de Ámsterdam y había cometido el error de llevar a su hermano a la pastelería para celebrar el cumpleaños de Hee-Seok, madre de sus Omegas. Pero cuando llegaron, Jimin llamó a Jungkook y al decirle donde estaba, este le había pedido un pastel pues estaba de antojo, lo peor le había dicho que deseaba el pastel más bonito y Jungkook estaba decidiendo cual era el mejor. 

Taehyung estaba a punto de matar a su hermano pues no se daba prisa en decidir y quería ir por el obsequio que había encargado a una de las mejores joyerías. Por otro lado sentía una preocupación en su Omega mediante el lazo y le estaba matando no saber lo que estaba inquietando a Hoseok.

— Aunque me mires de esa forma no me harás decidir tan rápido... Es complicado porque ese es lindo, pero aquel es adorable...

— Jungkook, decide ahora... Siento una inquietud en Hoseok y necesito que te des prisa.

— Creo que ya tengo al elegido. Señorita deme el Pastel arcoiris, por favor.

La mujer agradeció a los dioses que ya se hubiera decidido pues tenía otros clientes. Taehyung tomó el pastel de Hee-Seok y luego fue al auto para poder ir a la joyería. Jungkook iba sonriendo con aquel pastel, mientras Taehyung conducía a la joyería donde, dichosamente, le tenían listo el obsequio. — No puedo creer tanto tiempo para elegir un pastel...

— Mi Jimin es un tanto caprichoso, dulce y mimado, supongo que mi hijo será igual y no deseo que me salga boca abierta... Cuando Hoseok esté en cinta, ya sabrás a qué me refiero.

— No deseo hijos lo sabes...

— Entonces ¿No lo has anudado durante el celo?

Taehyung se tensó y observó el camino por donde conducía. Jungkook sonrió, pues sabía  que era imposible no anudar al Omega y menos cuando eran tan sexies como los Min. Taehyung recordó todas las veces que había anudado a Hoseok y sin protección, ahora estaba entendiendo el nerviosismo y la preocupación de su Omega. Esa mañana, cuando se levantaron, lo había abrazado y le había sentido un aroma diferente. Luego maldijo porque en Ámsterdam habían hablado de hijos y él había dicho que prefería pasar más tiempo a solas con él y que los hijos podían esperar. Condujo más rápido pues deseaba llegar pronto al lado de su Omega.

Mientras tanto, NamJoon estaba empotrado a su Omega contra la pared del baño, estaba demasiado adicto a su Omega. Jin solo había dicho que se daría un baño para luego acompañar a su madre en la celebración de su cumpleaños y el entró sin aviso para tomarlo. Jin lo abrazaba mientras NamJoon besaba su cuello y empujaba su miembro dentro de él.

— ¡Demonios! ¡Nam!

— Es tu culpa, Jin... Eres demasiado hermoso. — Se vino dentro de él anudándolo, Jin lo abrazó más fuerte sintiendo el dolor que le provocaba el nudo, Nam acariciaba su espalda mientras pasaba el nudo. — ¿Cuándo anunciarás que estás en cinta?

— Hoy, ya me cuesta mucho bloquear la emoción de saber que nuestro hijo está en camino. — NamJoon sonrió mientras acariciaba su cuerpo haciendo que olvidara el dolor. Jin continuó. — Creo que tú intensidad se debe a mis feromonas de embarazo, no te has detenido en ningún lugar y la furia que mostraste es parte de tu instinto de protección.

— Además de que odio que me interrumpan cuando follo.

Jin sonrió y lo besó, Nam amaba los labios carnosos de su Omega, eran dulces y suaves. Cuando salieron de la habitación ambos se dedicaron a vestirse para la celebración del cumpleaños de Hee-Seok donde asistirían también los Jung, algo que preocupaba a Jin pues el hijo menor del clan Jung y primo de su madre deseaba a Hoseok.

Dámelo, dame lo que quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora