Masacre

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Jin estaba preocupado por los recientes hechos, NamJoon sentía su aroma y sabía que tarde o temprano estallaría. Se acercó a su esposo y lo abrazó por la espalda, este se comía la uña del dedo pulgar y NamJoon se lo quitó de la boca y observó a su esposo, era tan hermoso que no podía pensar en perderlo. — Nam...

— Hoy me sentí un imbécil cuando dejé que otros te tocaran. Sentí que te perdía.

— Usan hierbas para ocultar su aroma y nublar los sentidos... Pero eso es lo de menos... ¡Nam debemos hacer algo!— dijo Jin preocupado, NamJoon sintió aquel sentimiento y de pronto la puerta se abrió. Soobin entró preocupado, NamJoon vio a Jin quien corrió a los brazos de su hermano.

— ¿Cuándo tuviste esa visión?

— Hoy cuando estaban juntos... Me entenderás porque solo la mostré a ti.

— Si, papá ni nadie puede verla... No sin tener alguna solución.

— Sabes bien que mis visiones son inevitables.

NamJoon  solo los veía sin entender lo que pasaba, pero le preocupaba el aroma que destilaban ambos, era preocupación, desesperación y dolor. — Díganme qué mierda está pasando.

— Debes controlar tu instinto si deseas que te lo diga. — NamJoon asintió y se controló, bloqueo su conexión con sus hermanos y observó a su esposo, pero este lloraba, así que Soobin le explicó algo que lo dejaría igual que a su esposo.

— Jinni, vio a tu hermano sin vida en los brazos de Hoseok, este perdiendo el control y asesinando a todos a su paso. Era una masacre que ocurrirá en una fiesta...

— El cumpleaños de Jimin... Los Jung quieren celebrar pues lleva a su heredero.

— Sí, las visiones de Jin no fallan, pero no sabemos que puede provocar eso. Si son esos hijos de puta de los Park no habrá nada que detenga a Hoseok... Ni siquiera mi arrullo.

— Debe haber algo, eliminar a los Park antes.

— No, ellos están escondidos a estas alturas... Saben que asesinaron al idiota de Park, su hermana está de nuestro lado, Kang está oculto, el maldito cobarde.

— ¡No voy a dejar que mi hermano muera!

— Ni yo que el mío lo haga. Debemos pensar bien.

NamJoon llamó a Jackson ordenando buscar a Kang y a cualquier Park que quedará del lado de SeoJoon y HyungSik. No le importaba que le dijeran cruel, pero no iba a perder a su hermano y a nadie más como sucedió con sus padres. Así que esa madrugada, sus hombres de confianza entraron a todas las instalaciones y acabaron con cada miembro de los Park y Kang.

Cuando Jung se enteró de aquellas acciones sonrió, pues  sabía de la demencia de los Kim y más cuando les atacaban primero, así que no le importó pues significaría que su descendencia estaría segura al unirse a la manada Kim. Yoongi, por su parte, no entendía aquella decisión de parte de NamJoon así que lo había citado a su oficina, Soobin estaba con él. 

NamJoon entró con aquel porte que dejaba a todos impactados, más no a Min Yoongi quien al verlo frunció el ceño y le ofreció asiento junto  a Soobin quien solo pensaba que NamJoon había hecho lo correcto. ─ Antes de que me asesine con esa mirada, es lo mejor para nuestros clanes, lo sucedido en casa por la noche fue un aliciente para acabarlos, intentaron raptar a mi esposo y asesinar a mi familia. 

─ ¿Por qué mierdas no sé nada eso?

─ Porque no quería que tú y mi madre se sintieran mal. Además ya está todo solucionado. 

Yoongi vio a su hijo a los ojos, les conocía como la palma de la mano y sabía que ocultaba algo, se acercó a él y sonrió. Esa sonrisa hizo a Soobin sudar y NamJoon solo se quedó fijo en los ojos de Yoongi, este quitó su vínculo por un rato con su esposa e hijos y observó a su hijo con aquellos ojos que parecían descifrar cualquier secreto. 

Dámelo, dame lo que quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora