Jade
-Morelli-
-Señor Morelli , ¿Qué está haciendo usted aquí? - Dije atónita y un poco nerviosa.
-Solo pasaba haber si mis clientes se sienten satisfechos.- Me fijo, que él se arregla, muy bien , los gemelos de las muñecas.
- A... ¿Clientes ? Espera, ¿Es suyo este restaurante también ? - Fabio hizo una pequeña mueca que burla e , inmediatamente, me arrepentí por aquella , tonta frase.
- Así es , señorita Cortez. - Me sentía tan estúpida, que ni si quiera podia mirarle a los ojos.
-¡ Ya se de que me suena usted!- De pronto, Leo hablo. - Es el dueño de los grandes casinos de toda Italia. Es un honor conocer. - Leo, emocionado, levantó el brazo para estuchar las manos con Fabio.
-Gracias, pero es un negocio familiar, ¿señor...? -
- MacWhyte. Leonardo MacWhyte. -Dijo con un orgullo es su voz.
- MacWhyte... - De pronto, algo en la expresión de Fabio había cambiado. Estaba como serio.
-Bueno, señor MacWhyte, me he acercado a esta mesa, porque me gustaría hablar con la señorita Cortez en privado, si a usted no le molesta claro. -
Y sin siquiera haber dicho yo que si, me levantó de la silla y me condujo hasta la terraza del restaurante dejando solo a Leo.
Ya cuando estábamos afuera, se me hizo difícil ver por donde andaba, ya que hacía una espesa niebla. Por suerte , cuando me estaba cayendo unos brazos amortiguaron la caída.
-¿Está usted bien ? - Preguntó sonriente Fabio.
-Si,si ,estoy bien. - Dije con un rubor en las mejillas y con un nudo en el estómago.
-Parece ser que usted le gusta caer en mis brazos. Jajaja.- Inmediatamente, me puse de pie. Muerta de la vergüenza.
Iba a decir algo, cuando veo que Fabio llama a un empleado y le dije una cosas en italiano. Estaba embelesada de como había quedado este lugar.
Había un comedor, precioso , de color madera, que estaba en centro de la terraza. Dos sillas , de color negro y un mantel que sobresalía. También, me fije que en la parte de iluminación, en vez de tener unas lamparas, habían unos pequeñas luces que iluminaban toda la terraza.
No me di cuenta por lo embobada que estaba por aquel sitio , pero Fabio , en un momento audaz, me cogió de la cintura haciendo que venga a hacia él.
-E ... Esto es maravilloso.-
-Me alegra que te guste. Quería algo más intimo y privado. - Me sonrió peligrosamente.
-Permíteme. - Nos acercamos a la mesa y él puso mi silla a un lado para que me sentase.
-Gracias. - Dije un poco descolocada.
Fabio, rodeo la mesa y se sentó frente a mí. De pronto, un cameros llegó con unas cartas.
-Elije lo que más te guste. - Dijo con un toque de su acento italiano.
-Espere un momento señor Morelli , ¿ Acaso pretende cenar conmigo? - Pregunte incrédula ante esta situación.
-Asi es , señorita Cortez. ¿Hay algún problema con ello? - Preguntó sin siquiera mirarme a los ojos. Su rostro estaba pegado a la carta.
-Pues...Sí , hay varios problemas. Y el más importante es que yo tengo , ahora mismo, estoy en una cita , que me esta esperando adentro del restaurante. Si no quiere decirme porque estoy aquí , en vez de estar disfrutado mi cita, no tenemos nada de que hablar. Si me disculpa. -
Puse la servilleta encima de la mesa y me levante de la silla dispuesta a irme, pero en un movimiento , casi de inmediato, Fabio , que se había levantado antes que yo, me cogía , otra vez de la cintura para acercarme a él, para luego , sentarme, otra vez en mi silla.
-¡Oye! ¡Suéltame Fabio! - Dije intentando zafarme.
-Lo siento señorita Cortez , pero eso se me va hacer imposible. - Argumento tan pasible, pero con una cierta seriedad en sus palabras.
-¿Qué es lo que quiere de mí?- Pregunté un poco asustada.
Fabio, se fijo que tenia un mechón suelto en la cara. Pasiblemente, me quito ese mechón y lo puso detrás de mi oreja con ternura.
-Solamente hablar... - Al decir esas dos palabras, me paralice al instante. Era casi, como un susurro que solamente oía yo.
Me limite asentir con la cabeza y él, audazmente , puso su mano encima de la mía. Eso me provocó una serie de sentimientos, que a mi parecer, estaban más que muertos y enterrados.
Nos quedamos mirándonos unos instantes, sin siquiera saber lo que pasaba. Ese momento, era agradable, pero tenso a la vez. Me relaje y lo seguí mirando con una sonrisa algo tímida, pero cuando lo iba hacer , unos ojos , penetrantes, me estaban observando en cada fracción de segundo. Era Fabio.
-Discúlpeme señor Morelli , pero el señor Miquelle quiere hablar con usted. Es urgente. - Era un camarero.
La expresión de Fabio pasó de ternura a preocupación en unos instantes. -¿Te dijo por qué era urgente? -
-No señor. -
-Muy bien , gracias. - Fabio, se levantó de la silla y yo lo hice automáticamente.
-Tendremos que hablar en otro momento, señorita Cortez. Paulo, llévela hasta su mesa. -
-Como no, por aquí señorita. -
Iba a seguir al metre, cuando Fabio me cogió , suavemente, del brazo y dijo unas frases en mi oído.
-Luego seguiremos con nuestra interesante charla. Qué tenga buena noche, Jade. -
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Tan Solo Un Recuerdo
RomantikPRÓLOGO Viena 1997 -Ernesto- - ¿Está todo listo? - -Sí, señor. Ya está lista la pequeña sorpresa. Está esperando en el coche. - -Bien. Puedes retirarte Manxon.- -Señor- -Espera. ¿Podrías traer al niño? Quiero que vea todo esto. - -Como ordene seño...