Capítulo 21

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—¡Bam, Bam! ¡Hora de despertarse, bella durmiente!

Para ser honestos, dormir no parecía ser posible en ningún aspecto. Mucho menos cuando se encontraba atado con cadenas a una silla de material igual de sólido. La comodidad no era buena pero no era eso lo que le impedía descansar, sino las constantes pesadillas que lo torturaban hasta el último segundo de su lucidez.
La tortura física es una. La mental parecía llevarlo lo a otro nivel.

Llegaba a gritar con frustración y furia cuando cada noche la imagen de Stiles siendo asesinado frente a él pasaba con lentitud.

A veces sentía sus manos temblar cuando escuchaba la voz de su novio en sus sueños.

—¡Derek, no te vayas, no me dejes!

—¡Ayúdame, por favor!

—¡Derek, me está lastimando, detenlo!

—¡Lo siento, lo siento! ¡Vuelve!

Y cuando lograba abrir sus ojos solo sentía ganas de gritar con desesperación. Sacudía su cuerpo contra las cadenas, se movía con frenesí y furia, esto hasta que su piel sangraba por la fricción del hierro.
Su corazón dolía, se hundía en un profundo entristecer que provocaba que su mente vagara por minutos, horas... no lo sabía con precisión. En sus momentos más cuerdos deducía que se debía a su falta de sueño y que solo disociaba para poder descansar su vista; pero sabía que había algo más.

Cada que su cuerpo lograba descansar un poco a través del dormir terribles imágenes lo albergaban. Cuando se perdía en el espacio que le rodeaba sabía que estaba consciente porque la imagen de Stiles era una que le hacía sonreír.
Entre el infierno que creía pasar, sonreía.
La tortura que llegó a pasar en distintas ocasiones por diversas situaciones no se comparaba con la que su mente le jugaba. Pero su memoria, sus recuerdos que atesoraba más que nada, le mantenían sujeto a la cuerda del control.

La sonrisa que le dedicaba acompañada con el brillo en sus ojos, una sonrisa suave, tímida, pero genuina. Recordaba perfectamente que aquella expresión fue la que le hizo saber que estaba perdido por él. Saber que de entre toda la multitud, de entre aquellas personas que le rodeaban, de entre cualquier existir... él quería que aquel brillo en sus ojos fuera motivado por él, solamente Derek.
Que aquellas risas sarcásticas, aquellas muecas divertidas, aquellas miradas curiosas, aquellos suspiros, aquellas manos, aquellos roces, aquella felicidad, aquella compañía... todo fuera suyo. Lo quería para él, lo quería provocar solo él, quería presenciarlo sólo él. Por cada segundo, cada minuto, hora, día, cada mañana, cada noche... cada eternidad.

Que fuera él el que estuviera a su lado al despertar. Que fueran sus brazos los que le abrazaran por la noche, y por cada momento que lo requiriera. Que su aroma fuera impregnado por el suyo.

Mío.

Dichos pensamientos hacían eco cada vez con más frecuencia durante su estadía junto a Lace. Y su cuerpo ardía en temperatura, sus músculos se forzaban, y después de ello, como si una cubeta helada cayera sobre sí mismo, le seguía el dolor que recorría sus piernas y brazos. Una ola fría lo hundía hasta hacerle apretar sus dientes con fuerza, como si la calidez de alguien se alejara súbitamente. Así era, la pasión que su lobo exigía al querer tener a su soulmate y que le obligaba a buscarlo. Pero no podía. No estaba junto a él, y no podía soportarlo.
A todo eso se le iba agregando el ardor que las cadenas y sus movimientos provocaban al dejar las heridas sangrantes.

Si. El tiempo era su peor enemigo, ya que todo parecía ser aún más asfixiante. Tan lento. Tan lejos de donde su corazón le aclamaba estar.

Y la voz intolerable de su captor no ayudaba en lo absoluto.

SoulMate «Sterek» (RTT#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora