𝑁𝑢𝑒𝑣𝑒

852 65 21
                                    

Por la mañana Visenya se encontraba desayunando en el salón junto a el resto, conversando de forma amena mientras comían, por unos minutos parecía que todos se llevaban bien y nunca existió conflicto alguno.

Daelor tomaba la mano de Aenerya entre la suya mientras charlaban, Daemon acariciaba el vientre de Rhaenyra para luego besar sus rosadas mejillas, Rhaella conversaba con Daeron y Aemon.

Visenya escuchaba atenta, sin deseos de hablar, la sensación de paz era inmensa y decidió aprovecharla al máximo.

Le complacía un poco de tranquilidad, aunque a pesar de ello existía quienes no mostraban un ápice de felicidad y que engullían su comida en un silencio sepulcral bajo una misma sombra de oscuridad.

Aemond, pese a ello, era el único cerca de ese lugar que mostraba una tenue sonrisa que iluminó su rostro, se hallaba sentado frente a Nya y cuando sus miradas cruzaron, las mejillas de la monarca ardieron en un rosa suave que lo hizo sonreír aún más.

El desayunó terminó y todos decidieron retirarse, Daelor y Aemon se acercaron a su hermana con una sonrisa, esperando para hablarle.

– Deseamos que vayas con nosotros a practicar hoy, Daelor esta cansado de combatir con Sir Criston Cole, no lleva 5 minutos en combate y le arrebata la espada con tanta facilidad que siento pena ajena cada vez que lo veo.

Daelor rió, golpeando su espada envainada a su costado con su palma, mostrando orgullo de ella.

– Es una buena espada.

– Iré por la tarde, ¿está bien?

– Creo que todos nosotros tenemos un mensaje que entregar, nya – susurró Daelor como si alguien más pudiese escucharlo.

Y tenían razón, se despidieron de ella con un beso en la mejilla y desaparecieron por los umbrales, estaba dispuesta a hacer lo mismo creyendo ser la última en el salón, pero en su defecto, en el momento en el que decidió retirarse unos reconocibles pasos llamaron su atención y supo de inmediato de quien se trataba.

– Necesitamos tener una conversación.

Aemond permaneció a su costado, esta vez observándola mientras esperaba que terminase de hablar, con una sonrisa suave.

– Sobre lo ocurrido en mis aposentos.. – ella concluyó.

El deseó acortar la distancia y se acercó aún más, acorralando su cuerpo con los costados de la mesa pulida de piedra.

– ¿Porqué? ¿deseas otros, Visenya? – ronroneó en sus belfos.

Sus labios se tentaron, Nya debió controlar cada ápice de su cuerpo que le impusiese lanzarse sobre el y devorarle la boca, afirmó las palmas de sus manos en el pecho del joven y suspiró sobre sus cerezos que gritaban ser comidos por ella.

– Iré con mis hermanos a practicar, al parecer tú guardia no es muy bueno en combate.

– ¿Sir Criston Cole?, es uno de los mejores, venció incluso a Daemon.

– Entonces podrías explicarme, ¿porqué Daelor le arrebata la espada con tanta facilidad como si se tratase de un juego de niños?

Las manos del joven de cabello albino se ataron a su cintura, ajustándose a ella mientras Visenya se acomodaba al tacto que le era ajeno pero que cada vez le agradaba más.

– No sé que habilidades les enseñan en tú reino.

El coqueteó aumento cuando se mantuvo cerca de sus cerezos, tentándolo, estaban probando sus propios limites en esas acciones más que osadas.

Valensys | Aemond Targaryen. (EN REMODELACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora