La Misteriosa Dama De Cabello Cobrizo | Joseph Quinn

trece: la fuga

VINYL

Seguí visitando a Joe todas las mañanas y fui dejándole notas los mediodías. También seguí torturando a los asquerosos presos que metí en aislamiento.

Pasaron los meses, unos tres para ser exactos, y yo ya tenía más tres mil dólares. La mayoría los había ganado gracias a mis labores dentro de la prisión, mientras que otro simplemente se los robé a Briony o él me los dio por ser su querida amante.

Sí, seguí mintiéndole a Dominick diciéndole que le amaba y más tonterías para hacer funcionar un plan que Joseph y yo trazamos durante todos nuestros encuentros.

Hoy íbamos a finalizar nuestra idea e íbamos a trazar todos los puntos para salir de aquí.

-Buenos días, rey de mi corazón.-Saludé a mi novio en un tono bajo.

-Mi reina.-Se arrodilló ante mí en broma.

Me abrazó como cada mañana y nos besamos apasionadamente.

-Hoy debemos acabar el plan.-Agarré su cara con mis manos.

-Sí, mi amor, lo que digas.

Nos sentamos en aquella dura cama de aislamiento la cual ya estábamos acostumbrados a sentir.

Él todavía seguía allí para poder trazar nuestro plan de fuga. Debió salir hace ya dos meses, pero él siguió cometiendo actos delictivos para mantenerse en aquella zona. Así podríamos vernos sin ninguna sospecha.

Estuvimos hablando de nuestra fuga un rato y cuando decidimos que estaba lista, la repasamos de punto a punto.

-Repasemos.-Dicté.

-Uno; me liberas de aquí y me das la llave del despacho de Briony.-Dijo la primera fase.

-Dos; agarras la pistola del cajón secreto de Dominick.

-Tres; entretienes a Briony.

-Cuatro; Al llegar hago que me escapo y corro hasta donde está la gasolina y el mechero.

-Cinco; Quemas objetos al azar para desviar la atención.

-Seis; Nos reencontramos en los conductos de la Zona B.

-Siete; Nos metemos en los conductos hasta llegar al final de ellos y salir de esta pocilga.

-Suena fácil.-Me encogí de hombros.

-No, no lo suena, pero lo será.-Sonreímos los dos para después besarnos.
-¿Preparada para ser libre?-Juntó su nariz con la mía.

-Siempre.-Le di un pico.

-Nos vemos después, preciosa. ¡No olvides los 3000$!-Me recordó.

Le lancé un beso como respuesta y me dirigí a la Planta A. Nada más llegar me topé con quien menos quería toparme.

-Querida.-Dominick posó un beso sobre mi mejilla derecha.

-Querido.-Dije casi entre dientes.

-¿Recuerdas que hoy comíamos juntos?

-Claro, como no iba a hacerlo.-Sonreí falsamente.

Para robarle la pistola a Briony debía distraerlo, y una comida no era mala idea para hacerlo. No iba a agarrar la pistola en sí, si no que iba a darle las llaves a Joe para que él pudiese colarse en el despacho de Dom y cogerla.

Hice lo que debía hacer hasta que llegó el mediodía. Agarré los 3000$ para después ir a servir la comida a todos los presos. Al acabar con eso, me dirigí a la sala de aislamiento donde estaban los demás y mi chico.