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Un sueño profundo era mi situación en este momento, de tanto trabajar lo único que quería era estar en mi cama. Apenas y tenía fuerzas para siquiera prepararme una sopa bien caliente; era lo único que me apetecía en este clima. Abrí mis ojos con las pocas fuerzas que me quedaban, miré el reloj que estaba en mi mesa de noche junto a un vaso medio vacío de agua.
—Son las tres de la mañana. ______, ¿estás demente? —Hablé para mi misma, no se que cojones hago despierta a esta hora. En tres horas más tengo que despertar para ir al trabajo, odio mi vida.
Cada día de mi vida es una rutina; levantarme a las seis de la mañana, ir a trabajar, volver del trabajo, dormir una siesta y volver al trabajo ese mismo día, salir del trabajo y volver para dormir hasta el día siguiente. No hay nada especial que contar, sinceramente. Una vida simple y aburrida.
Después de varios intentos y veinte vueltas en la cama, sigo sin poder pegar ojo. Abrí el cajón de la misma mesa de noche y cogí el mando de la televisión. Encendí la tele y directamente pulsé el botón “Disney+” que viene integrado en el mando a distancia. “Avatar 2: The way of water” acaparaba toda la televisión gracias al anuncio que estaba publicando Disney. No tenía ganas de buscar una película así que simplemente pulsé el botón “OK” y comenzó la película.
De a poco siento como mis ojos se van cerrando lentamente. Mi sueño es cada vez más notorio hasta que ya no aguanto más y mis ojos optaron por cerrarse y hacerme dormir.
—Me cago en la hostia, ¿por qué no puedo seguir durmiendo? —Me levanto de mi cama, aunque no está demás decir que siento como si estuviera tocando unas ramas enredadas entre sí. —Genial, se me han dormido las manos. Es que más estúpida no puedo ser, joder.
Mis ojos siguen entrecerrados, me cuesta ver con claridad. Podría decir que estaba alucinando, mi cuarto no se parece en nada a lo que mis ojos medio abiertos están viendo. Por cierto, estaba durmiendo en el suelo.
Caminé como pude, observando todo a mi alrededor. Por lo que puedo deducir, es una especie de cabaña, demasiado bien hecha. Había artilugios por cada parte que miraba, incluso armas.
—¿Qué clase de droga me he tragado antes de dormir?
Esto era demasiado extraño y muy real para ser un sueño. Seguía observando cada objeto de este lugar, hasta que no me dió tiempo a reaccionar y un cuerpo bastante grande y azul se abalanzó hacia mi hasta tenerme retenida bajo este ser.
Espera, ¿azul?
—¿Quién eres y qué haces aquí? —¿De qué me suena a mí esta mujer? Voy a aprovechar mi momento de vida para decir que tiene un cuchillo afilándome el cuello. Estaba quieta, mi sentido de supervivencia me decía que me hiciera la muerta, así como cuando un oso intenta atacarte.
