¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
༻✦༺ ༻✧༺ ༻✦༺
Lo’ak por un momento olvidó por completo como se hablaba. Se quedó ahí de pie, con una bolsa de tela con las frutas que le había pedido anteriormente. Yo la verdad que me hubiera quedado igual que él.
Por un momento pensé en lo que estaba haciendo, me levanté de donde estaba sentada y no dudé en ningún momento en salir de ahí lo más rápido que pude. No conocía demasiado este sitio, y tampoco sabía donde meterme. Para ser sincera, los ruidos que emitían los ilus hacía que de vez en cuando sintiera como mi corazón se paraba por un milisegundo.
Llegué a la orilla del mar, donde algunos de esos animales se paraban a descansar y otros seguían despiertos. Me acerqué tanto que mis pies sintieron ese agua tan cálida y fría a la vez. No hacía tanto frío, aunque me sorprende porque normalmente no es así, al menos en el planeta tierra.
Sólo pensaba y pensaba en todo lo que había sucedido en tan solo dos días, no sé cómo es que puedo aguantar todo esto. Es muy difícil de digerir; muy pero que muy difícil.
Lentamente llevé mis manos a mi cintura y agarré el borde de mi pantalón para seguidamente empujar hacia abajo, quedándome en ropa interior. Con mi camiseta hice lo mismo. ¿El problema? No llevo sujetador. ¿Lo bueno? Todos duermen, no hay nadie.
O eso quiero creer.
Prefiero quedarme en ropa interior por si acaso, no sé qué clase de bichos nadan por mi alrededor, aunque sigo en riesgo de que alguno me haga algo. Espero que no, no hay quien pueda socorrerme por aquí cerca.
—Vamos allá.
Me cago en mis ancestros, que fría está el jodido agua.
—Qué fría, qué fría, qué fría…
Solté mi pelo y coloqué la gomilla en mi muñeca, seguidamente me zambullí en el agua. No me sienta nada mal darme un baño de agua fría, y también es que llevo dos días sin ducharme, qué vergüenza. Seguro que mi axila me cantaba y yo tan tranquila, o algo peor que mis axilas.
Menos mal que mi desodorante dura cuarenta y ocho horas, sino me habría cargado a la mitad de los na’vi con solo levantar el brazo.
“Rexona, no te abandona.”
Estuve varios minutos nadando de aquí para allá, haciendo carreras contra mi misma de una roca hacia otra o simplemente saltando algunas olas. No podía alejarme demasiado, era muy hondo y aunque sepa nadar, el mar me come viva.
—¡_____! ¿¡Dónde estás!? — ¿Por qué se le escucha enfadado?
Papá Jake está enfadado.
—¡Estoy aquí, en la orilla! —Alcé mi mano para que más o menos diera con mi ubicación, rápidamente me puse la camiseta.
