Lo que menos esperas

Capítulo 2: Reunión

Horas antes

—Nos vemos después, Beelzebub. —Nikola se despidió de su pareja mientras salía de su habitación que a veces compartía con el demonio y por si fuera poco, el número de su cuarto era el mismo que el de su batalla.

—Con cuidado, si necesitas mi ayuda, no dudes en llamarme. —correspondió la despedida haciendo un gesto con su mano.

Dejó salir un suspiro y se encaminó hacia el castillo de Hades, curiosamente él también había programado una reunión con los demás Dioses.

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El hijo de la luz había llegado con extrema puntualidad a la habitación de Qin Shin Huang, tocó la puerta y fue recibido por su amigo.

—¡Nikola! —rápidamente lo abrazó por los hombros demostrando su amistad. —¡Me alegra que hayas venido!

—Yo también, Qin. —con la misma emoción que expresó el chino, Nikola correspondió. —¡Divirtámonos! —se adentraron a la habitación.

—Ya no tardan en llegar los demás. —le ofreció a Tesla un vaso con cerveza. —¿Tomas? No aceptaré un no por respuesta.

Algo nervioso, el castaño aceptó el vaso. —No acostumbro hacerlo pero creo que por hoy, está bien.

—¡Esa es la actitud!

—¿Quién más va a venir?

—Invité a Lü bu, a Sasaki, a Nostradamus, y a Jack. —se encogió de hombros. —Mandé la invitación a otras personas como a Simo y a Leónidas pero no obtuve respuesta.

—¿Tienes algo de comida? —Cuestionó Tesla. —Ingerir alcohol con el estómago vacío provocará que caiga en la embriaguez antes de tiempo y no es de mi agrado emborracharme.

—Me ofende que preguntes, soy un rey, es obvio que pensé en todo. —La mesa de bocadillos está por allá. —señaló la esquina donde estaba la mesa y curiosamente se encontraba una enorme bocina con luces.

Fue así que poco a poco los invitados fueron llegando dando inicio a la reunión o mejor dicho, fiesta.

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—¿Por qué estamos aquí? —Hércules cuestionó sentado en una enorme mesa elegante. —Me es impresionante que Hades me invitara a una reunión.

—Si mi hermano Hades me invita a su castillo, no dudaré en venir. —aclaró Poseidón sentado al lado de Hércules.

—Creo saber porqué estamos aquí específicamente nosotros. —manifestó Thor y es que era más que obvio.

—Nuestros humanos no nos invitaron a su "reunión". —mencionó seriamente Beelzebub.

—En efecto, mis estimados. —finalmente, Hades comenzó a hablar. —Si nuestras parejas pueden tener una fiesta, ¿Por qué nosotros no podemos hacer una?

—¿Y qué hacemos para pasar el rato además de beber y comer? —Hércules no estaba seguro de si era buena idea pasar el rato con ellos, se cuestionaba por qué había aceptado la invitación del Rey del inframundo.

—No lo sé. —el peliblanco encogió los hombros. —No creí que llegaría tan lejos.

—Tal vez podemos conversar acerca de nuestros novios. —Thor dijo como si nada. Era una buena oportunidad para saber más sobre sus parejas.

—No puedo creer que interrumpí mi lectura por esto. —fastidiado, se quejó el tirano de los mares.

—¿Cómo qué? —El señor de las moscas preguntó, siendo honesto, le gustaba hablar de Nikola. Le gustaba presumirlo.

—Deberíamos hacer más reuniones como estas porque se nos está olvidando cómo hacer fiestas entre nosotros. —afirmó Hades.

Todos asintieron.

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Después de varias horas, uno de los fieles sirvientes del Rey del inframundo llegó rápidamente a la sala principal del castillo, aquella donde su amo se encontraba.

—Mi señor, hay una emergencia con su humano y con los humanos que están con él. —se arrodilló delante de Hades.

Dichas palabras alarmaron a los Dioses.

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—¡Quiero más! —gritó Lü bu mientras bebía y comía lo que encontraba en la mesa de comida.

—¡Eso Nikola, hasta abajo! —gritó Qin aplaudiéndole a Tesla.

—¡De un lado y al otro! —Nikola movía sus caderas como si no importara nada más. —¡Abajo!

—Estoy seguro de que puedo comerme ese colchón. —exclamó Sasaki sacando su espada.

—Si no tomo mi té, tendré mala suerte. —mencionó Jack a la nada.