Capítulo 4: Desastre

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La fiesta continuaba en la habitación del Ex emperador de China y a lo que parecía, ninguno de los humanos se medía en sus acciones.

—¡Niko! —llamó Qin a su amigo sosteniendo todavía el trapeador.

—¡No, non, nem, nein! —frunció el ceño enojado. —Ya te dije que no voy a darte mis pantalones.

—Pero rompí mis pantalones...

—¿Por qué no vas a tu habitación a cambiarte? —como si fuera una gran pregunta, un Tesla ebrio expresó.

—¡¿Cómo no lo había pensado?! —elevó sus manos emocionado y como si fuera obvio, cambió su semblante a uno serio. —Pero hay un problema.

—¿Un problema? —se tambaleó.

—Sí, no tengo mis llaves... —al borde de la risa, exclamó. —Se las cambié a Jack por una foto de Hércules en calzones.

—I ja želim vidjeti. —Tesla mencionó emocionado.

—¡Hable bien que no lo entiendo! —enojado, Qin gritó mientras movía de un lado a otro el trapeador. —¿Acaso hablo chino o qué?

—Pero Qin, tú eres chino... —se sintió regañado al punto de que casi se largaba de la fiesta a llorarle a Beelzebub.

—Ah, sí cierto. —y así, ambos se carcajearon como si su conversación tuviera sentido.

⚡🪰

Los Dioses estaban a pocos segundos de llegar, iban maldiciendo y quitando a todo ser que los estorbara en su camino.

Y al llegar a tan esperado lugar y entrar, se quedaron boquiabiertos al ver tan semejante escena.

Hércules observó el techo de la habitación y con confusión, manifestó su duda. —¿Qué hace el colchón pegado al techo?

La habitación estaba hecha un desastre, la mesa de bocadillos estaba tirada y la comida regada por todo el suelo; una fogata en medio de la habitación quemando toda la ropa de Qin; y como si fuera poco, Ares estaba amarrado y pegado a la pared del cuarto mientras exigía que lo soltaran.

—Que decepción. —susurró Poseidón observando al Dios de la guerra.

De pronto, algo llamó la atención de Hades y es que su pareja estaba basándose con un trapeador y diciéndole cosas cursis. —¡Deja de coquetear delante de mí, Qin!

Thor observó por la ventana de la habitación y lo que vio, solo le provocó una mueca confundida y de vergüenza ya que su pareja estaba cabalgando a Liebre Roja desnudo mientras gritaba quien sabe qué cosas. —Al menos no está haciendo lo mismo que Lü Bu.

Hércules corrió velozmente hacia Jack puesto que este dormía a menos de diez centímetros de la fogata; le preocupaba que su novio se quemara, lo cargo entre sus musculosos brazos y dijo. —Por lo menos Jack se ve muy lindo.

—Estoy pensando en la posibilidad de dejar a Sasaki con los tiburones. —Y por si fuera poco, Poseidón se enojó y se avergonzó de Sasaki, se acercó hasta él y lo detuvo. —Deja de discutir con esa almohada.

—En la próxima fiesta, hay que invitarla... Me agrada. —Sasaki se refirió a la almohada. —Cuenta unos chistes como para ahogarse.

—¿Alguien ha visto a Nikola? —Beelzebub miró toda la habitación y no daba con su novio, aquello le preocupó.

¿Y si había hecho una tontería como los demás?

Lo que menos esperasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora