"Old keys won't open new doors"
En muchas de las preguntas que Jeongin se dedicaba a hacerle a Seungmin, estuvo aquella sobre el destino ¿Acaso ellos creían en el destino? Cuando la pregunta fue puesta en voz alta, el mayor lo meditó unos minutos para finalmente asentir, no importaba cuántos años pasaran, cuántas personas llegaran a su vida, sabía que ellos al final estaban destinados a estar juntos porque se complementan, juntos encajaban tan bien que era imposible creer que uno podía estar sin el otro. Entre sus pensamientos, se cruzó el famoso hilo rojo, que los mantenía atados y por más que se estirara, jamás se iba a romper, o eso es lo que ellos creían.
Por eso, mientras los días pasaban y cada uno ignoraba que sus acciones y por consecuencia, aquellas conversaciones que evitaban, lograrían que ese hilo o lazo que sentían entre ellos se estirara tanto al punto de querer romperse.
Seungmin no quería ignorarlo, estaría dispuesto a mantenerse a su lado porque lo amaba, prometió cuidarlo y procurarlo desde la primera vez que se besaron.
Pero claro, Jeongin solo quería un momento para respirar, para darse cuenta de todo lo que había pasado no era solo una de su tantas pesadillas haciéndose realidad.
Desde la mañana, Jeongin se la vivía pegado al escritorio dibujando, un pasatiempo que había dejado de lado pero que ahora quería retomar antes de regresar a la universidad, tratando de disipar todos los pensamientos que invadían su cabeza.
—Innie ¿qué quieres para cenar?— Seungmin regresó del trabajo y lo encontró encerrado en la habitación.
—No tengo mucha hambre, lo que sea está bien.
Y aún sin alzar la vista para mirarlo, sintió como Seungmin se posaba detrás de él para observar lo que hacía. Quizás fueron segundos, pero Jeongin lo sintió como una eternidad, que el chico esté detrás sin decir nada comenzaba a irritarlo, sin razón lo sentía molesto.
—¿Pasa algo?—Finalmente preguntó cuando se sintió verdaderamente fastidiado.
—Nada, solo miro lo que haces— Seungmin trató de acercarse aún más y tomar uno de los dibujos que descansaba en una esquina pero Jeongin lo jaló rápidamente evitando que siquiera lo tocara.
Jeongin dejó a un lado el lápiz y cerró el sketch que tenía extendido por todo el escritorio. Cuando ya estuvo a la altura de Seungmin le dedicó una sonrisa y comenzó a empujarlo hacia la puerta.
—¡Hey! — protestó el pelinegro—, quería ver lo que hacías.
—No verás nada.
—¿Por qué? Todo lo que haces es genial.
—¿Ya sabes que vas a cenar?— trató de evadir la pregunta e ignorar lo que pasó.
Seungmin simplemente lo miró por unos segundos para luego responderle —No... Primero quería saber de ti.
—Ya te dije que no tengo hambre, así que puedes comer lo que quieras.
—Está bien.
Los jóvenes se mantuvieron en un silencio, sentados en el sofá mientras la cena que Seungmin ordenó llegaba. Minutos después de estar ahí, cada uno con la mirada en el teléfono, el rubio decidió recostarse de nuevo en las piernas del contrario, un gesto que le encantaba hacer para recibir caricias. Estuvo apunto de quedarse dormido después de que sintiera como unos delgados dedos se movían perezosamente por todo su cabello, la mano con la que sostenía el teléfono comenzó a moverse hacia abajo lentamente, Seungmin lo observó y esperó que el menor tuviera los ojos cerrados por completo para quitarle el aparato, movió el flequillo de su frente para depositar un pequeño beso ahí.
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draft version; SeungIn
Fanfiction"Demasiado dolor para alguien tan joven" Donde Jeongin sentía que no merecía ser feliz y Seungmin le enseñaría que aún había una razón más para intentarlo.