CAPÍTULO 5

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575.a.C BABILONIA

—si dejo mis manos por 5 segundos los cultivos maduraran y si las dejo por 8 se morirán. Sorprendente ¿no?—hable con Sersi.

Sersi se encontraba arrodillada en el suelo convirtiendo la tierra en agua para que los cultivos se hidrataran de esta.

Nos encontrábamos en la zona de cultivo de la ciudad haciendo nuestro trabajo de todos los dias.

—tal vez sería mejor que los dejaras crecer por si solos —hablo Sersi levantándose del suelo.

—¿pero no se supone que si puedo influir en la naturaleza ese sea mi trabajo? —

—si, pero tal vez deberías de dejar que crezcan por si solas y los habitantes puedan cultivar sin necesidad de ayuda — respondió

—literalmente acabas de convertir la arena en agua — apunte al pequeño río.

Sersi no dijo nada y solo siguió con lo suyo.

¿Acaso me acaba de ignorar?

—tomaré en cuenta tu consejo —hable — pero no prometo seguirlo.

Sersi siguió sin responderme y vi que estaba distraída con algo que se encontraba tras de mi así qué mire a la misma dirección y logre ver a ikaris acercarse.

Le di una pequeña sonrisa para acto seguido caminar a la dirección contraria de la que venía ikaris para evitar cualquier distracción y estar en un momento incómodo con ellos.

Hace algunos días que Ikaris y Sersi se encontraban en un tipo de cortejo o algo por el estilo, no sabía muy bien como funcionaban ese tipo de relaciones entre las personas solo sabía que se llamaba "amor" por lo que me había comentado Ajak cuando se lo pregunte, pero no sabía cómo se sentía con exactitud.

Una cosa más por descubrir, aunque no creería tener tiempo para ese tipo de cosas, después de todo solo estamos aquí para cumplir una misión y después volver a casa.

Tome camino hacia el otro lado de los cultivos para evitar interrumpir.

Salude a las personas que se encontraban construyendo una casa de paja y de madera. Los trate de ayudar en lo que estaba en mis posibilidades tratando de no usar mis dones para ayudar.

Cuando vi que ya no necesitaban más de mi ayuda me aleje de ahí buscando otra cosa en la cual ayudar, pero al parecer no había mucho por hacer.

Después de todo ya estaba por atardecer y las actividades de los habitantes comenzaban a disminuir.

Decidí dirigirme hacia unas montañas en las cuales en la cima se podía apreciar el panorama de la ciudad.

Después de todo era mi lugar favorito, cuando no había nada más por hacer me la pasaba ahí, admirando el panorama o el atardecer .

APOLO ~DRUIG~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora