Capitulo 10

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Dejar a Mina por segunda vez no fue nada fácil. En todo caso, esto se convirtió en algo mucho más difícil ya que ahora Mina sabía lo que estaba pasando.

—Me voy con Chae— Mina se quejaba mientras que la chica coreana la sostenía detrás de la puerta. Chaeyoung estaba en la puerta que daba hacia el corredor, mordiéndose el labio y dudando en salir.

—Vas a venir de compras con nosotras hoy, Mina — Jihyo elevó la voz—Chaeyoung va a volver pronto—Jihyo agitó su mano hacia Chaeyoung, con un gesto para que se fuera.

Chaeyoung suspiró y salió mientras que Mina estaba distraía.

— ¡Chaee!-gritó Mina, tratando de zafarse de las garras de Jihyo. Jihyo se aferraba fuertemente a la pequeña chica. Echando una mirada de ayuda a Sana.

— Es como si estuviéramos criando a una niña—Sana murmuró. Mina todavía estaba tratando de correr hacia la puerta, y Jihyo luchaba por aferrarse a ella.

— Chaeyoung se ha ido, Mina—dijo Jihyo con firmeza. Se estaba frustrando cada vez más con el hecho de que Mina era tan persistente en estar al lado de Chaeyoung 24/7. La pequeña chica se dio la vuelta y miró a Jihyo con rabia.

Las manos de Jihyo aún seguían firmemente agarrando las muñecas de Mina, por lo que se decidió por patalear y golpear la pata de la pequeña mesa junto a la puerta. La madera se agrieto fácilmente bajo la fuerza de su patada, haciendo que la tabla se cayera y el florero de cristal que estaba en la parte superior de la misma se estrellara contra el suelo. Sana y Jihyo se quedaron boquiabiertas mientras el cristal se esparcía por todas partes. Mina de inmediato gritó y se tapó los oídos con sus manos, que Jihyo había dejado libres con la sorpresa de la caída del florero.

—¡¿Por qué demonios hiciste eso?!- gritó Jihyo, dándose la vuelta y mirando a Mina. La chica más pequeña dio unos pasos hacia atrás y se llevó las manos delante de su cara.

—Por favor— ella negó con la cabeza violentamente. Jihyo y Sama intercambiaron miradas confusas de como Mina seguía tomando pasos lentos lejos de ellas.

— Mala— Mina murmuró, golpeándose la cabeza con el puño— Mala, estúpida — ella negó con la cabeza y siguió golpeando su cabeza. Jihyo levantó una ceja a Sana, quien estaba tan perdida como ella.

—Estúpida— Mina pronunció en voz baja— Estúpida, estúpida, estúpida—su voz se hizo más fuerte y ella comenzó violentamente a golpearse su cabeza con ambos puños. Su espalda se deslizó hacia abajo contra la pared y ella continuó golpeándose a sí misma con sus puños.

— Mina, no hagas eso— Jihyo rápidamente corrió hacia la chica y se deslizó a su lado— Hey, hey, no eres estúpida— le agarró las manos de Mina y las mantuvo lejos de su cara.

Mina miró a Jihyo, su labio inferior temblaba. La coreana se sentía extremadamente culpable por gritarle. Ella miró a Sana, quien ya estaba barriendo el vidrio roto.

— Estúpida— Mina negó con la cabeza y trató de poner sus puños de nuevo en su cabeza. Jihyo mantuvo un firme control sobre sus muñecas, y Mina se quejó de frustración.

— Estúpida, mala, mala, Mina.

Jihyo se mordió el labio y se sentó al lado de la chica.

— No eres mala o estúpida— dijo Jihyo en voz baja, sin saber cómo reconfortar a Mina.

— Yo lo maté―Mina gimió, señalando el florero y mesa junto a la puerta. Comenzó a llorar en voz baja, mientras las lágrimas fluían por sus mejillas manchando la camisa.

— Está bien, Mina, es solo un florero. Podemos comprar uno nuevo— Jihyo movió la cabeza— Está bien, te lo prometo. ¿Quieres algo de comer?—ella trató de distraer a la chica más pequeña, esperando que la comida despejara su mente de lo que había hecho.

YELLOW - MICHAENGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora