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Cruzando las cortinas de la entrada de la panadería de Herman, se encontraba Edgar con uno de los mejores atuendos que poseía. No era el mejor del mundo, desde luego, solo era el mejor que un nieto de panadero podría costearse.

—Te ves bien, Poe-kun, aunque no necesitabas vestirte fuera de lo usual. —menciona Ranpo con una sonrisa enorme por solo ver a su amigo, el cual lo mira como si no entendiera a qué se refiere.

Que el heredero del feudo sea su amigo ahora lo coloca en una posición social desbalanceada, solo bastaría con que el señor Mori no lo eche de su palacio por ver a su hijo juntarse con un clase media. Mínimo no es clase baja, de lo contrario no tendría cara para presentarse ante el señor Feudal.

—Nada de lo que diga te va a convencer, ¿o no? —pregunta Ranpo en su dirección.

—No. —él le sonríe con dulzura y pena.

Ranpo solo agita la cabeza y suspira, este chico bien podría ocasionarle un dolor de cabeza que lo lleve al lecho de muerte.

De todos modos, aquí está Poe complaciendo sus caprichos porque es un ente vulnerable a los deseos ajenos, y no de todo el mundo, solo de Ranpo. Ni siquiera entiende por qué, si lo conoce desde hace no más de dos meses.

¿Es por ser el heredero?

Puede sentir cómo los adultos a su alrededor, encargados de la seguridad del niño, lo observan desde arriba, como si trataran de hacerlo menos solo por las condiciones de vida en las que se encuentra. No entiende bien por qué las cosas deben ser tan rígidas solo por el dinero que una persona posee, es irracional actuar como estos guardias solo por pretender que son mejores; lo único que entiende es que así son las cosas en el mundo en el que viven, y de no acatar esas reglas impuestas, le irá mal en la vida.

—Sí que todos son tontos. —declara Ranpo con mala cara. —Sus vidas no son mejores que la de Poe —declara, sus deseos no son ofender al mencionado, pero ser usado como una escala para tal conversación, lo desalienta un poco. —, así que deberían dejar de pavonearse por un puesto tan lastimero como el de guardias. —la garganta de los trabajadores truena por la reprimenda del chico, el cual los mira con un alto ceño fruncido, sus ojos esmeralda están a la vista, destacando lo especialmente molesto que está hoy. —El único guardia real al que le voy a tener respeto es al del mismísimo Mori-san, y para nada están a su altura. Siéntanse orgullosos de llamarse guardias en cuanto le lleguen al talón. 

Desde luego que sabía lo que implicaba juntarse con Poe, en ambos sentidos iban a tener que aguantar cierto tipo de comentarios, lo que no esperaba es que fuera tan pronto y por personas tan irrelevantes que renunciarían en algo cercano a una semana. Esta clase de personas ni siquiera valían la pena y se hacían llamar a sí mismo importantes. 

Mientras Ranpo esté cerca, no dejará que nadie moleste o menosprecie a sus personas más preciadas, que lo intenten lo enfurece de sobremanera. Gracias a estos hechos, hará que estos guardias renuncien en menos de tres días. Que se preparen para ello, porque Ranpo los hará sufrir de un infierno tan temible que querrán dejar su posición como guardias y como samuráis. 

Minetras tanto, Poe lo observa bufar y hacer una rabieta, piensa que su forma de enojarse es linda solo porque no sabe la clase de pensamientos maquiavélicos está teniendo su nuevo amigo, organizando un nuevo futuro para los guardias que los vigilan ahora, pero no importa, más adelante lo descubrirá.

—Gracias, Ranpo-san. Aunque no era necesario para nada. —dice sintiéndose entre feliz y consternado por que haya defendido su posición como un clase media.

Edgar desde pequeño ha sido más consciente de algunas cosas más que otros niños de su edad, por lo que no es extraño —no para él— que piense en cosas que ni deberían acercarse a su cerebro de infante.

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⏰ Última actualización: Nov 10, 2023 ⏰

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