Capítulo 16

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_______.
- ¿Puedo dar una vuelta a los alrededores? -pregunte a mis padres, ellos asintieron.

- Mira la hora, aquí en 15 minutos, sino vienes, no sales en una buena temporada -señalo mi padre. Yo asentí.

Cuando me aleje, rodé los ojos. Mi padre siempre tan preocupado y mi madre tan pasible, eran la luna y el sol, y aun no sabía cómo habían podido casarse, aunque dicen que "Los polos opuestos se atraen" debe ser eso.

Camine toda derecha hacia un banco, para poder sentarme tranquilamente, pero cuando estuve a punto de sentarme, ocurrió algo que esperaba, aunque tarde, mucho mas tarde...

- ¡Auch! -grite, poniéndome la mano en la cabeza.

Me había chocado y encima me había caído en el suelo.

- Lo siento, lo siento, ¿estás bien?

Una voz de chico, extremadamente conocida, me hablo y enseguida, me tendió la mano para alzarme.

- Si estoy bien. No, fue mi culpa iba distraida -agarre su mano y él me levanto, aun seguíamos sin mirarnos a la cara.

- Gracias, otra vez -reí mientras me limpiaba.

- De nada.

Levante la cara y observe al chico. Nos miramos a los ojos, y nos miramos sorprendidos, y ¡no podía ser! ¡Era él! Sin decir nada, él me agarro de la mano y me llevo al banco. Nos sentamos, el uno delante del otro, y él me acaricio la mejilla mientras dejaba entrever una tierna sonrisa.

- Has regresado... -susurro, acercándose a mí.

Yo sonreí abiertamente, y lo abrace fuerte, mientras le decía:
- Te echado de menos, Kendall - le susurre a la oreja.

- Yo también, ________, yo también -mientras me soltaba y agarraba mi mano.

- No puedo creerlo, no puedo creer que mi mejor amiga este aquí conmigo. -dijo riendo.

- Pues créetelo, mi chavo -bromee y me volvió abrazar.

- Ya verás cuando veas a las chicas, se van a volver locas. -reímos.

- No lo creo, ya lo están -reímos más fuerte.

- Oye, ¿Qué hora es? -pregunto mirando mi muñeca.

- Pues son... ¡oh dios! ¡Son ya 30 minutos! -exclame preocupada.

- ¿qué? -me miro confundido.

- Mi padre me ha dicho 15 minutos y me castigara hasta que tenga 50 y ¡estaré sola!

- Eso no es verdad -dijo, mientras caminábamos hasta mi casa.

- ¿El que no es verdad? ¿Qué estaré castigada hasta los 50? ¿Qué...

Él me miro y se rió.

- No, no -me paro y se puso serio. -Digo que no es verdad que estarás sola o estarías, yo estaré contigo siempre - me sonrió y lo mire atentamente.

- Pero, hemos estado lejos -añadí.

Él suspiro.

- Siempre que quieras estar conmigo, escucha a tu corazón y estaré ahí -dijo abrazándome.

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