Capítulo 40

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Abrí mi habitación, bebiendo mi zumo, y entre en ella, cerré la puerta detrás de mí. Me senté en mi cama. Como habían cambiado las cosas en mi vida desde el último año, había perdido a James por culpa de mi madre, su actitud había cambiado a indiferencia cuanto antes se podía decir que se ''preocupaba'' por nosotras; papá paso a ser el centro de nuestra atención, tanto por mi parte como por el de Stella.

Oí ruido de vacío, me había terminado el zumo de manzana. Lo tire al cesto de basura desde lejos y enceste, sonreí y me dirigí hacia mi armario.

¿Qué había que ponerme hoy? Mire de izquierda a derecha toda la ropa, y cogí una sudadera gris y unos pantalones negros. Hoy era día de ropa de deporte, debajo de mi cama estaban mis tenis blancos, también los cogí. Me fui al baño y después de 10 minutos estaba preparada.

¡Oh! Lo olvidaba, cogí mi pelo y me hice una coleta. Abrí mi cajón de al lado de mi cama y cogí el IPod y el móvil, metí todo dentro de los bolsillos.

***********

El cielo estaba gris, era uno de esos días que te quedarías justo encima de la cama, mirando las nubes ir de una parte hacia otra. El viento se quebrantaba en mi cara, un poco dolorida del frio que le producía este. Mi coleta se movía agitadamente por la misma fricción.
Saque mi IPod y me puse los audífonos, fríos como la nieve, y pulse el botón de reproducción.

"Boulevard of Broken Dreams" de Green Day, es era una de mis canciones favoritas y la canción perfecta para cuando estás en una situación en que solo quieres estar solo o simplemente estas con un poco de tristeza.

Seguí caminando, sintiéndome por primera vez en mi vida, un poco libre aunque fuera poco, sin complicaciones, sin ataduras. Simplemente, siendo yo misma y mi música. Concretamente, siendo _____.

Las hojas de los arboles caían levemente al suelo, sin hacer ruido, sin hacerse notar ni un poco. Era tan increíble cómo podía pasar desapercibida la naturaleza, y como una persona podía ser el centro de atención de todos.

Yo siempre había sido como la hoja, silenciosa y desapercibida, y entonces empezó el engaño de James, las notas bajas, las continuas peleas en casa, las lágrimas, mi estado. Todo empezó a ir mal, y la gente empezó a verme, empecé a ser visible.

¿Pero, porque ahora? ¿Qué pasa, porque la gente solo te ve si están interesados en saber tu problema? Odiaba ese tipo de gente.

Oí unas risas que provenían de delante de mí, risas de niños. Me escondí justo detrás de una pared, intentando observarlos sin ser vista. Eran 3 chicas y 3 chicos, tendrían como unos 6 años, más o menos. Ellos iban riendo y haciendo cosas que haces a esas edades. Te sientes muy importante por nada, ríes y lloras al mismo tiempo. Pues imaginarte siendo el mejor bailarín del mundo en tu habitación, nada pero nada a esa edad lo ves lejos o imposible. Crees en ti mismo, te da igual lo que piensen los demás y si te dicen algo, les sacas la lengua. Así era, así éramos todos cuando teníamos 6 años.

Sonreí, después de ver como se alejaban, salí de mi escondite y mire hacia atrás, esperando algo pero nada paso. Suspire y sigue caminando.

Narra James:

Por las últimas noticias que tenía era que Stephany había vuelto a Los Ángeles, con sus proyectos. Mel estaba haciendo sus cosas y no quería molestarla solo para ir a dar una vuelta, y con los demás estaba peleado. ¡Genial! Estaba solo.

Cogí mi móvil y mi chaqueta. Me dirigí hacia la puerta y cuando estaba a punto de salir...

- ¿A dónde vas James? Hace frio... -mi madre apareció justo detrás de una columna que salía hacia la entrada de la casa.

- Solo voy a dar una vuelta -dije cansadamente, hoy no estaba mucho de ánimos.

Mi madre me miro en silencio, y asintió. Yo solo sonreí y fui hacia ella, la abrace y bese su mejilla. Volví a la puerta y salí.

***********

Camine con las manos en los bolsillos, mirando cada bonito lugar que me daba mi cariñosa Canadá, como amaba mi propia tierra. Durante unos cuantos minutos, pensé que lo mejor era seguir con mis pensamientos en casa pero descarte esa idea cuando a lo lejos vi una cabella y bonita figura, nadie inconfundible para mí; era ________.

Camine más deprisa, y a una velocidad impresionante, ya estaba siendo como su sombra; sonreí. Andaba con ropa cómoda y escuchando música, estaba hermosa. Ella era hermosa, con un vestido de fiesta, con un chándal o simplemente levantada por la mañana.

Toque su hombro y ella dio un pequeño salto; la asuste, reí y ella se dio la vuelta.

- Me asustaste, tonto -dijo con la mano en el corazón.

Reí más fuerte, y ella me golpeo en el brazo, como antes, como antes...

- Lo siento, no lo hice a propósito. -dije poniéndome a su lado.

Ella me sonrió y asintió, se quitó los audífonos y paro la música, se puso el IPod dentro del bolsillo y me miro.

- Bueno, ¿y qué haces aquí con tanto frio? -me pregunto al mismo tiempo que volvía a caminar.

Stay With MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora