Capítulo 17

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James.
- ¡Oye! ¡Para! -grito, riendo Stephani, mientras intentaba ponerle más helado en la cara.

- No escaparas tan fácilmente -reí malévolamente.

Ella se giro, me saco la lengua, y se alejo rápidamente, gritando:
- ¡Eres lento! ¡Eres lento! -reía.

- ¿Con que esas tenemos, eh? -sonreí.

Corrí deprisa detrás de ella, mientras reíamos y obviamente la alcanze.

- ¡Eres mía! -la abrace por detrás, de la cintura y le di un beso en la mejilla.

- ¡No es justo! -hizo un puchero.

- Si, si que...

Me pare y me separe de Stephani. Mire hacia delante y camine, me escondí detrás de un árbol, seguido de ella. Observaba un chico y una chica que corrían, el chico era ¡Kendall!, pero desafortunadamente, no pude ver a la chica.

No me moví, ni fui a saludarlo porque sabía perfectamente que no me hablaría.

- Amor... ¿Qué... -susurro Stephani, a mi lado.

- Shhhh!... -yo también susurre, haciéndola callar.

Seguí mirándolos, parecían felices juntos, demasiado para mi gusto. ¿Mi gusto? ¿Estaba celoso? ¿Estaba celoso de que Kendall tuviera una chica con ser feliz sin ninguna preocupación? ¿Era eso?

Kendall.

Aun cuando la miraba, me parecía imposible que ella estuviera a mi lado. Ella, la chica que lo había hecho mi
infancia, la que a los 7 años juramos que siempre seriamos mejores amigos. Pero, sobre todo, desde los 15, la chica que me traía completamente loco.

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- Oye Kendall, me alegro mucho, muchísimo -sonrió. - De habernos encontrado -me abrazo fuerte y la estreche mucho más en mis brazos.

- Te quiero,_________ -le susurre cerca del oído.

- Yo también te quiero, Kendall -me susurro igual.

Lentamente, la separe de mí, para poder observarla bien. Sus ojos empequeñecidos me miraban; entrecerrados. Sus mejillas se habían vuelto de un color rosa pálido, y así estaba extremadamente hermosa.

Me acerque a su rostro, dándole tiempo por si quería pararlo. Ella me observo fijamente, mientras su mano derecha iba hacía mi nuca, haciendo una fricción de nuestras pieles.

Yo le tome el rostro con mi mano y lo subí haciendo que ella me mirara muy cerca, me aproxime más hasta que percibí el dulce aliento en mis labios. Los roce, intentando recordar cada sentir que hacia nuestro contacto.

Puse mis manos en su cintura y ella me agarro más y la bese. Dándonos, el cariño mutuo que nos teníamos, con un beso cálido y derretiblemente dulce.

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