Los primeros rayos del sol le daban la bienvenida a otro día. Habían grandes hojas por todo el campamento, anunciando la pronta llegada de la estación de caída de hoja. En el pequeño agujero de un árbol, un gato café oscuro acababa de despertar.
– Shadestone.– Maulló el gato, estirándose con cuidado para no golpearse con el árbol.
Un gato gris oscuro se le acercó, sentándose a las afueras de la pequeña guarida del líder. Anunció su llegada con un suave maullido.
– ¿Ya salió la patrulla del amanecer? – Preguntó Treestar, lamiendo su pelaje café.
El lugarteniente negó con la cabeza, señalando a dos gatos que, según él, podían ser considerados una patrulla. Probablemente el gato gris se uniría a ellos.
– Necesitamos más alimento.– Comentó, indicando con su pata la maternidad. –Mousedawn pronto tendrá a sus cachorros.–
El clan había recibido la noticia de la gata con gran entusiasmo, había pasado bastante tiempo desde que una gata tendría cachorros... o al menos más de uno. Yellowbird, la curandera, estaba segura de que serían más de dos. Lo había comentado con gran entusiasmo.
–¡Finalmente! ¡Más cachorros para nuestro clan! – Maullaba cada vez que iba a visitar a la reina.
Shadestone hizo una seña antes de alejarse rápidamente hacia los guerreros, que estaban esperando impaciencientemente. Treestar los despidió con un sonoro ronroneo.
– El clan empezará a crecer pronto.– Pensó, mientras salía del campamento en busca de un pequeño arroyo.
Tuvo que caminar un buen rato, esquivando los árboles y arbustos que abundaban en el territorio, pero logró encontrar un pequeño arroyo que para él era más que suficiente. Durante el tiempo que estuvo oculto de Sandstar, se había acostumbrado a beber el agua poco fresca de los charcos de agua del tamaño de una pata de cachorro.
Se agachó hasta tocar el agua con su nariz. Estaba fría y era muy clara, incluso se podía ver el fondo, donde habían unas pocas rocas del tamaño de un ratón. Treestar empezó a beber el agua, siempre manteniendo su oído alerta por si se acercaba algún gato. Había aprendido por las malas a siempre mantenerse alerta.
Después de tomar agua, se levantó y emprendió la marcha de regreso al campamento. Sus ojos verdes se empezaron a fijar en las copas de los árboles. Debía regresar con alguna presa.
El camino de regreso fue más lento, no había casi ningún movimiento en los árboles, ni tampoco se sentía el aroma de alguna presa. Treestar notó que el campamento estaba cerca, pero aún no había cazado nada. Tendría que pasar de largo hasta tener entre sus fauces un ratón o un ave.
Cerca de la frontera con el Clan del Viento, Treestar escuchó los chillidos de un ratón. Se colocó en posición de acecho, siguiendo el sonido y el rastro oloroso que se empezaba a hacer más fuerte.
Un pequeño y delgado ratón café estaba quieto, entre un árbol y un arbusto, se veía distraído. El gato café no dudó un segundo y dió un largo salto, clavándole las garras al pequeño animal sin problema.
– Ahora puedo regresar.– Se dijo a sí mismo, tomando el ratón rápidamente antes de dar la vuelta en dirección al campamento.
El sol ya estaba en lo más alto del cielo, calentando la maleza y el pelaje de Treestar. El gato café estaba a punto de entrar al campamento cuando sintió una brisa fría, refrescando su lomo. A su lado, una gata anaranjada ronroneó en señal de alegría.
– ¡Hola Treestar! – Saludó, levantando la cola rápidamente.
– Hola Maplepaw... ¿No deberías estar cazando? – Preguntó el tom.
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Los gatos guerreros: El futuro del Clan de las Montañas Altas
FanfictionLunas después de la restauración del Clan de las Montañas Altas, los cinco clanes ya han definido sus fronteras, pero el territorio del viejo clan es insuficiente. Su líder, Treestar, deberá buscar una solución, pero ese no será el único problema qu...