Capítulo 7

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Los últimos rayos de sol calentaban el pequeño campamento, en ese momento casi vacío. Treestar estaba sentado junto a la pila de presas con la mirada en la tierra. Levantó la mirada al sentir el aroma de las patrullas regresando con unas pocas presas.

Shadestone venía al frente de la primera patrulla, cargaba un pequeño petirrojo y caminaba con más ánimo. El gato gris dejó la presa y saludó a Treestar.

– La caza ha sido mejor esta vez, pero Orangestorm sintió un aroma diferente cuando nos acercamos a las montañas.– Comentó el lugarteniente mientras sus compañeros soltaban un conejo en la pila.

– ¿Creen que haya sido un solitario? – Preguntó el líder, mientras observaba al gato con gran interés.

– No estoy seguro.... solo sé que era algún gato.–

El gato café asintió, intentando ocultar el temor que sentía en ese momento. Hace varias lunas que no habían aromas a otros gatos fuera de los clanes. Shadestone debió notar su preocupación de todos modos, porque rápidamente cambió de tema:

– Bamblemouse y Sandnose ya están mejor. La gata me comentó que ya se siente lo suficientemente fuerte como para regresar al Clan del Viento.– Maulló

– Pero solo lleva acá un par de días... no quisiera que algo malo le pasara.– Balbuceó el líder.

La curandera del Clan del Viento acababa de salir de la guarida de Yellowbird con la cola en alto y las orejas bien altas. Su ánimo había cambiado mucho en esos días.

– ¡Hola Treestar! ¡Hola Shadestone! – Ronroneó la gata.

– Buenas Tardes Sandnose..... ¿Estás mejor hoy? – Respondió el lugarteniente con una mirada amigable.

– Kestrelflight me acompañará de regreso a mi clan ahora. Muchas gracias por ayudarme con mis heridas, siempre recordaré la amada con la que me trató el Clan.–

Sandnose se despidió con la cola y, para sorpresa de ambos gatos, salió corriendo del campamento con Kestrelflight delante de ella. Shadestone interrumpió la escena con una risita.

– De seguro el Clan del Viento está orgulloso de tener a la gata más contenta y rápida de todo el lago.– Maulló entre risas.– ¡Por lo menos recordó despedirse antes de volar como

gorrión! –

Ya no había sol que iluminara el claro. La luna empezó a salir de a poco, mientras los guerreros compartían lenguas con tranquilidad. Aún no conocían la decisión de Treestar con respecto a su nuevo hogar.

– Bamblemouse ya salió de la guarida de Yellowbird.– Comentó el lugarteniente.

– Haré el anuncio entonces.– Maulló Treestar, levantándose y caminando sin mucha prisa hasta el árbol.

Los guerreros empezaron a reunirse sin siquiera ser llamados, sus pelajes brillaban a la luz de las estrellas y sus ojos brillantes lo estaban observando con entusiasmo. Cuando todos los gatos estaban reunidos, Treestar dió un corto ronroneo antes de hablar:

– Como saben, el clan no soportará otra estación aquí y hemos decidido buscar un nuevo hogar.– Anunció. – Shadestone, Yellowbird y Yo decidimos que nuestra mejor opción es explorar una gran cueva en las montañas, si resulta ser un lugar apropiado para todos, nos iremos allá.–

Los fuertes maullidos de sorpresa y una gran cantidad de murmullos le obligaron a alzar la voz para continuar su discurso. Shadestone ordenó silencio con un siseo de advertencia.

– Mientras estemos afuera, Goldenbriar estará a cargo. Mañana antes de partir hablaré con aquellos que he decidido que me acompañen. – Terminó Treestar, dirigiéndole a sus guerreros una mirada de alegría antes de que desaparecieran rápidamente.

Los gatos guerreros: El futuro del Clan de las Montañas AltasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora