– Treestar... cuantas lunas.– Maulló una gata negra, delgada y de patas blancas como la nieve. Se sentó a su lado.
– Blackpetal.– Saludó con la cabeza el líder del Clan de las Montañas Altas.
–¿Necesitas algo? No creo que hayas entrado a nuestro territorio sin razón.– Preguntó la gata oscura, moviendo lentamente su cola.
– Mousedawn está teniendo a sus cachorros y no tenemos hierbas, ¿Puedes ayudarnos? – Explicó con impaciencia.
La gata negra asintió suavemente con la cabeza y desapareció entre las sombras, dejándolo solo con sus pensamientos. ¿Iría el Clan del Trueno a compartir algunas hierbas? ¿Lograría llegar a tiempo?
El tiempo parecía haberse congelado, al igual que el viento que desordenaba su pelaje café oscuro. Le invadió el miedo de que la curandera no fuera a aparecer.
Sin embargo, la joven curandera apareció poco después, con un paquete envuelto en unas grandes hojas oscuras.e entregó con cuidado el paquete de hierbas.
– Hay todo lo que puedan necesitar allí.– Indicó la gata. – Avísame si necesitas algo más.–
La curandera de pelaje negro se despidió con un movimiento de cola antes de volver a desaparecer. El gato café le agradeció con un ronroneo y se apresuró a regresar al campamento, con el paquete cuidadosamente agarrado. Sus movimientos eran ágiles y apresurados, aunque sus patas le dolían como si se estuvieran quemando. Le recordó a cuando recibió sus nueve vidas.
Llegó a la maternidad rápidamente, abriéndose paso entre los guerreros que compartían lenguas. Yellowbird recibió las hierbas con alegría y empezó a masticarlas para dárselas a la reina que gritaba de dolor. Treestar se le acercó a su oído.
– Iré por Falconwhisper.– Susurró a la gata café atigrada.
Salió más tranquilo de la maternidad y empezó a buscar a la pareja de Mousedawn. El gato gris y blanco estaba acostado muy cerca suyo, murmurando algo que no pudo escuchar bien.
– Mousedawn está mejor, conseguí las hierbas que necesitábamos.– Comentó Treestar, lamiendo la frente del guerrero.
– Gracias al Clan Estelar, pensé que no lograrías conseguir hierbas.– Murmuró Falconwhisper.
– Puedes venir a verla, ya está dando a luz a sus cachorros.– Maulló el gato café.
El guerrero gris se levantó con rapidez y se acercó a la maternidad, moviendo la cola nerviosamente. Treestar lo siguió, mientras seguía recuperando el aliento después de correr tanto.
El interior de la guarida estaba más cálido ahora. Yellowbird estaba sentada junto a Mousedawn, que tenía lágrimas en los ojos y lamía a dos bolitas rosadas con unos mechones de pelo. Habían otras tres acostadas junto a ella, que la reina tapó con su cola para calentarlas.
– Son hermosos.– Murmuró Falconwhisper, acostándose junto a su pareja para acariciar a los pequeños cachorros.
La curandera se sentó junto al líder, soltando los restos de hierbas que tenía en la boca. Treestar observó a los cachorros, intentando contener las lágrimas.
–Hace mucho tiempo que no veo cachorros.– Susurró a la gata amarilla, acostándose a las orillas de la maternidad.
El recuerdo de Sandstar atacando el campamento lo volvió a invadir como una tormenta de nieve. La gata luchando contra cada gato que se pusiera en su contra... incluso los cachorros.......sus propios cachorros...
– No dejaré que ningún cachorro vuelva a sufrir si puedo evitarlo.– Murmuró, lamiendo su pelaje café y deteniéndose a mirar la cicatriz de su lomo.
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Los gatos guerreros: El futuro del Clan de las Montañas Altas
FanfictionLunas después de la restauración del Clan de las Montañas Altas, los cinco clanes ya han definido sus fronteras, pero el territorio del viejo clan es insuficiente. Su líder, Treestar, deberá buscar una solución, pero ese no será el único problema qu...