El líder empezó a sentir un fuerte dolor en el hombro. Sus patas estaban algo adoloridas por haber sido golpeadas por las rocas. Kestrelflight ya se estaba levantando y su maullido fue lo primero que escuchó luego de Lion.
– Ya se ha ido. Debemos regresar al campamento.– Maulló el guerrero.
– Hay que encontrar una salida o mover las rocas.– Ordenó el líder, mientras se levantaba y se lamía la herida.
– Huelo sangre ¿Quien se ha lastimado? – Orangestorm se incorporó y empezó a acercarse a todos y examinarlos.
– Tengo una herida en el hombro. Nada grave.– Contestó a la gata, que suspiró y empezó a buscar una salida.
Shadestone seguía en el piso, gruñendole a las rocas mientras intentaba moverse. Cuando Treestar logró verlo mejor, notó que una de las rocas había caído justo sobre su cola.
– Orangestorm, ayúdame a mover esta roca.– Ordenó el líder, mientras empujaba con todas sus fuerzas la roca hacia un costado.
Entre ambos lograron mover un poco la roca. Era suficiente para que el guerrero sacara la cola y se levantara con un maullido de agradecimiento. Sin embargo, aún estaban atrapados y Treestar aún estaba sangrando.
– Donde está Kestrelflight? – Preguntó el lugarteniente olisqueando el aire. – Siento su aroma, pero no puedo verlo.–
Maullidos de victoria venían de alguna parte, pero Kestrelflight no estaba a la vista. Shadestone lo llamó mientras examinaba la cueva. Había un pequeño túnel que parecía llevar a otra parte, y donde Kestrelflight acababa de aparecer con una mirada triunfante.
– ¡Hay una salida! ¡Vamos! – Maulló el guerrero, volviendo al túnel corriendo y sin siquiera esperar a que lo siguieran.
Efectivamente, el túnel era pequeño, no más ancho que sus bigotes, pero sí llevaba hacia alguna parte. Cuando los cuatro gatos llegaron hasta afuera, empezaron a caminar de regreso al clan. Shadestone guiaba a la patrulla, pero esta vez no se detuvo. Aunque todos estaban adoloridos y cansados, ninguno avanzaba más lento.
– Ya me parecía que ese Lion estaba tramando algo.– Gruñó Shadestone, mientras sacaba las garras y empezaba a avanzar más rápido.
– Estaba siendo muy amable.– Agregó Orangestorm.
Sin darse cuenta, ya estaba oscuro y la luna estaba saliendo. Ya debían haber regresado las patrullas de caza y fronterizas. No tendrían la oportunidad de encontrarse a Lion antes de su llegada al campamento.
– Lion debe venir acompañado, ningún gato es tan cerebro de ratón como para atacar por sí solo un campamento.– Comentó Treestar, señalando un gran árbol que era parte del territorio del clan.
– ¡Ya casi llegamos! Siento como si mis patas se estuvieran quemando.– Maulló el lugarteniente bajando con cuidado por las rocas hasta tocar la tierra.
Treestar sintió el fuerte aroma de Lion, pero también se dio cuenta de que no estaba solo. No tuvo más tiempo para examinar el aire, así que se apresuró a regresar al campamento.
El olor de la sangre era cada vez más fuerte. Ahora era la sangre del campamento, no de su herida. Sacó sus garras y entró rápidamente hacia en campamento. Había empezado una batalla.
– ¡Treestar! – Gritó Goldenbriar, estaba arañando a una gata color crema cuando se dió cuenta de la llegada de la patrulla.
El líder rápidamente saltó sobre la gata enemiga y la alejó de Goldenbriar, la proscrita le dirigió un fuerte gruñido y empezó a morder su lomo. Treestar sintió las fuertes y cortas mordidas de la gata, mientras se lanzaba al piso y rodaba para que su rival se soltara.
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Los gatos guerreros: El futuro del Clan de las Montañas Altas
FanfictionLunas después de la restauración del Clan de las Montañas Altas, los cinco clanes ya han definido sus fronteras, pero el territorio del viejo clan es insuficiente. Su líder, Treestar, deberá buscar una solución, pero ese no será el único problema qu...