Capítulo 5 _ Elige

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A mina le costó dormir, porque primero, Chaeyoung estaba aferrada a sus brazos y no podía con la culpabilidad que sentía, segundo, no podía dejar de pensar en la mirada infernalmente provocativa de Nayeon. ¿Qué le diría a Chaeyoung? Enhorabuena cariño con mi despido he ganado un millón de dólares, pero eso implicaba el que no vería más a Nayeon. De vez en cuando miraba a su prometida. Definitivamente, había caído en una encrucijada y acabaría loca por esas dos mujeres.

Chaeyoung y Mina fueron juntas al aeropuerto, aunque tuvieron que separarse en las Terminales. Ya que una se iba a Milán y la otra a los Ángeles. ¿Qué le diría? Un millón o los 365 días de placer, ¿acaso no había una tercera opción que era el quedarse como estaban? No, imposible, cuando llegó al punto de encuentro halló a Nayeon esperando. Increíblemente sexy cómo siempre, ¿como seguir igual? Si sus deseos por ella habían aumentado y más habiendo probado esos labios. Estaba sería ojeando una revista de moda. La castaña, algo nerviosa se colocó a su lado, esperando alguna reprimenda o que le atosigase para obtener una repuesta rápida, sin embargo le saltó con otra cosa distinta:

_Division Models Im le llevó hasta lo más alto_ dijo indignada mientras le enseñaba una foto de una modelo guapísima_ y nos traicionó pasándose a la competencia_ negó con la cabeza_ Ford Models una copia barata de mi imperio.

Nayeon miró a Mina de pies a cabeza con el ceño fruncido, se ve que no le gustó como iba vestida. Llevaba un traje gris, un conjunto que le compró Chaeyoung:

_¿Algún problema con mi vestimenta?

Nayeon apartó la mirada y siguió ojeando la revista:

_Tendremos que ir a unos de los almacenes para comprarte algo de ropa.

Genial, a todo mundo le había dado por llevarle de compras, con lo feliz que sería en ese momento con el sombrero que le había regalado su abuelo. Pensó que irían en uno de los vuelos que salían para los Ángeles por supuesto, Mina en segunda clase y Nayeon en primera, pero no, se dirigieron hasta otro hangar donde esperaba un Jet privado.

Mina pensó en las vacaciones que podía cogerse Nayeon, con la cantidad de dinero que tenía, en su posesión estaba un jodido jet privado. Vale, Mina debía admitirlo, estaba fascinada, en su pueblo abundaban los cuatro por cuatro, caballos, toros, vacas y unas buenas montañas para esquiar.

Dentro era espacioso y había asientos colocados unos enfrente a otros. Tenía tripulación privado, que les ofrecían bebidas, comida. Nayeon observó por encima de la revista a la ojimarrón, parecía una cría, curioseándolo todo, asomándose por la ventanilla, estaba tan absorta en todo lo que le rodeaba que no se percató que la pelinegra estaba conteniendo una sonrisa:

_¿Has viajado mucho en avión?

Pregunto Nayeon, cerrando la revista para mirar fijamente a Mina:

_No señora Im_ en ese momento Mina reparó en un detalle, si Nayeon le había propuesto 365 días de placer pero en la clandestinidad_ ¿estás casada para atribuirte el título de señora?

La expresión de Nayeon cambió a una menos amistosa:

_Nada de preguntas personales

Mina dejó de sonreír para mirar con amargura a la pelinegra. Era una respuesta sencilla, si o no y también estaba el dicho, quien calla otorga. Así pues, esa mujer que tanto había insistido en querer llevarle a la cama estaba casada de seguro:

_Disculpe el atrevimiento_ dijo entre dientes antes de susurrar_ ya le salieron los cuernos.

Si lo hubiera escuchado en otra persona, hubiera puesto el grito en el cielo, pero anhelaba que Mina le dijera que si a los 365 días, deseaba que se lo dijera en ese mismo instante. No tardaron mucho en llegar hasta el estado de California. Mina parecía un poco evasiva en volver a entablar conversación, por muy curiosa que fuera y por su cabeza pasarán millones de preguntas.

El Diablo Viste De Rojo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora