Capítulo 8 _ Tal Como Eres

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Salieron con urgencia del evento, pero el trayecto hasta el hotel y luego hasta la habitación lo tomaron con calma. Aunque de vez en cuando intercambiaban miradas de deseo. Todo se cocinaba a fuego lento, aunque en sus interiores se morían por lanzarse a los labios de la otra, justo cuando la puerta de la suite se abrió, no hizo falta palabras, dejaron salir los bolsos al suelo y se abrazaron a la vez que chocaron los labios con vehemencia, Nayeon gimió cuando la lengua de la castaña rozó la suya y comenzó a batallar, a trompicones caminaron hasta la cama:

_Espera_ dijo casi sin despegar los labios de su boca_ espera

Se moría por hacer suya a la pelinegra y desde el calentó de la mañana necesitaba entrar en ella, pero quería también disfrutar del momento, de su cuerpo. Nayeon con respiración agitada paró. Mina se lamío los labios y juntando sus frentes:

_Me gusta tu vestido_ siguió diciendo casi sin voz y con delicadeza bajó la cremallera de su espalda_ quiero quitártelo poco a poco

_¿Otro fetiche?

Mina se mordió el labio a la vez que curvaba las comisuras y asentía con la cabeza, despacio fue bajando deslizando el vestido azul, descubriendo su cuerpo, acariciando su piel en el proceso, haciendo que Nayeon temblara ante las descargas eléctricas qué le provocaba, primero sacó una pierna y después la otra, conservando aun los zapatos, plateados y de tacón alto, realzando su piernas, con el corazón acelerado y cierta parte de su cuerpo erecto, volvió ascender acariciando sus piernas:

_Tienes una forma demasiado dulce para follarme

Intentó quejarse Nayeon, aunque debía reconocer que aquello la excitaba. La ojimarrón siguió ascendiendo, acariciando sus senos en el proceso, justo cuando tuvieron las miradas casi a la misma altura:

_Adoro tu cuerpo, Nayeon_ rozó sus labios_ hay una gran diferencia entre disfrutar de ti y utilizarte como un objeto_ llevó sus manos hasta la espalda baja y le pegó más_ pero si lo quieres de otra forma solo tienes que guiarme_ Nayeon se humedeció cuando notó su miembro erecto_ recuerda que ayer fue mi primera vez.

Inconscientemente Nayeon sonrió, era cierto que fue su primera vez y con ella, quisiera o no, Myoui Mina le recordaría como la primera mujer con la que estuvo. Llevó las manos hasta sus tirantes y los deslizó a un lado para dejar caer su vestido negro, quedando semi desnuda, la pelinegra la miró con lascivia, deteniéndose en el bulto de su entrepierna. Mina alzó una ceja:

_¿Otro fetiche?

_Ni te imaginas cuanto. Dijo agachándose y como hizo la noche anterior primero acarició su miembro por encima de su ropa interior, la respiración de Mina se torno irregular, en esa ocasión no se atrevería a quitar la vista de Nayeon, quería disfrutar de esas imágenes que le estaba dando:

_Estas muy excitada_ empezó a bajar su ropa interior para liberar su erección_ me encanta tenerte así.

Tuvo que tragar saliva porque se le había secado la boca, desde ese ángulo era más excitante y cuando comenzó a recorrer con su lengua su miembro, hasta acabar en el frenillo, lo acarició varias veces, seguidamente hizo movimientos circulares por el glande, suspirando sonora mente a la vez que movía la cadera en busca de más, no le hizo rogar más y entre pequeñas succiones y movimientos circulares de su lengua comenzó a introducirse el miembro a la boca:

_Dios Nayeon_ dijo con voz ronca moviendo su pelvis_ para.

Le agarro del brazo y le ayudo a incorporarse, la empujó cayendo sobre la cama, comenzando a recorrer su cuerpo beso a beso, descendiendo hasta su sexo, quitándole la tanga, la paciencia se le acabó en el momento en que su boquita comenzó a darle sexo oral. Estaba húmeda y labios rosados hinchados, esa noche pudo contemplarlo con más detenimiento, puesto que la noche anterior estaba a contra luz, acarició sus muslos internos, desesperando a Nayeon qué alzaba su cadera:

El Diablo Viste De Rojo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora