El Diablo Viste De Rojo

Capítulo 18 _ Digory

Nayeon esperó la respuesta de Mina con el corazón en la garganta. Conociendo su lado posesivo casi estaba segura que diría "Si, se mia", sin embargó, aún costandole mucho respondió otra cosa que no se esperaba. La ojimarrón tragó saliva y con el corazón a mil:

_Nayeon, voy a salir de una relación de doce años_ se volvió a relamer los labios_ No sé si estoy preparada para pedirte algo así.

Esa respuesta no gustó nada a la pelinegra, después de que se estaba abriendo a ella, se estaba dejando conocer y cuando le pareció buena idea intentar algo más, toma rechazo. Le dio un empujón para que se alejara de ella:

_¿Quién te has creído que eres? ¿El perro del hortelano qué ni come ni deja comer?_ dio otro paso y le volvió a empujar_ No eres nadie para reclamar nada, largo de mi casa.

_Nayeon_ le agarró de las muñecas para que la dejara de empujar_ lo que te quiero decir es que no hay que tener prisas, sin presiones y que todo fluya_ pasó sus manos por la cintura de Nayeon para pegarse a ella_ Chaeyoung ha marcado cada paso que he dado en mi vida, necesito saber quien es Myoui Mina para ofrecerte lo mejor de mi_ acarició con suavidad su mejilla acabando por pasar su dedo gordo por sus labios_ Déjame ubicarme antes porque te juro que ando perdida.

La pelinegra qué había dejado de luchar se quedó fija en ese marrón intenso, sentía mariposeo en el estómago, la respiración agitada y el pulso acelerado. No podía seguir ignorando las señales que le mandaban su cuerpo y sus deseos más profundos. Myoui Mina era algo más que una amistad, algo más que atracción sexual, era la mole qué estaba derribando todas sus fortalezas, aquellas por las cuales había luchado por construir, era el fuego que comenzaba por su pecho y se esparcía hasta la punta de cada uno de sus extremidades. Alzó sus manos para pasarlas por detrás de su nuca, Mina la pegó aun más a su cuerpo, irradiando todo ese calor que desprendían sus cuerpos. Nayeon le quería besar y Mina besar a Nayeon, anhelos que aumentaban sus ansias de querer acariciarse, tocarse. La punta de sus narices se rozaron, su respiración entre cortada hizo que se le escapara un suspiro sonoro:

_Esta bien_ añadió Nayeon con sus labios rozando los de Mina_ Nada serio, ni nada de nombre a lo que tenemos_ gimió cuando notó una mano de la vaquera estrujar uno de sus glúteos_ ¿Es mucho pedir que no te acuestes con otra? Solo conmigo.

Mina giró a Nayeon y la empotro contra la pared, rozó sus labios, despertando un hormigueo en ellos qué se extendía por todo su cuerpo, los humedeció con una caricia de su lengua, humedad qué sintió en otra parte de su anatomía, las manos posesivas de la ojimarrón comenzó a explorar todo su cuerpo, incrementando su hambre, haciéndola jadear de nuevo cuando notó su miembro erecto contra su pelvis:

_No tenía pensado acostarme con otra_ acarició su seno por encima de la tela a la vez que le daba un pequeño mordisco en la barbilla_ solo te deseo a ti.

No hizo falta decir más, las manos de Nayeon adquirieron vida propia y empezaron a desabrochar los botones de su camisa, las ansias le pudieron cuando los dedos de la ojimarrón acariciaron su sexo por encima de los pantalones incitando a abrirla de golpe haciendo saltar el resto de los botones, recorriendo su torso semidesnudo con ambas manos, descendiendo sus besos húmedos, junto con pequeños mordiscos o succiones en los puntos más sensibles, Mina era tan hermosa, bajó un poco su sujetador, exponiendo sus pezones a su boca dispuesta a saborearlos y torturarlos. Mina enredó sus dedos en los cabellos negros, a la vez que jadeaba, excitada dispuesta a más, pero cierta situación le pareció de lo más incómodo, ya que un par de ojos no dejaban de mirar:

_Nayeon

Dijo Mina tragando saliva, mientras que miraba a Digory. La pelinegra ya se había aventurado a desabrochar el botón de los vaqueros e introducir su mano, humedeciéndose más al acariciar su miembro erecto: