✿Después de tanto tiempo✿

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La semana había pasado demasiado rápido y ya era domingo.

No había dormido nada por los nervios, realmente se le hacía difícil el aceptar que hoy le iba a decir que le gustaba.

Desayunó su cereal, lavó sus dientes y fue a darse un baño rápido para salir. Frente al espejo acomodó su largo cabello, que no había ido nunca a cortar, en una coleta baja dejando que unos cuantos mechones quedarán libres sobre su rostro. Eran apenas las 10 AM por lo que supuso que su amigo seguía dormido así que llevó las llaves en el bolsillo.

El viaje no era nada largo, eran 20 minutos de caminata, 20 min en los que se pasó divagando entre idea e idea de lo que podría decirle y cuando estuvo en la puerta la abrió tímidamente.

La sala tenía una que otra caja, las figuritas habían vuelto una vez más a sus respectivos lugares y todo ahora estaba descubierto e impecable, con excepción de lo platos acumulados en el lavadero.

-Algunas cosas jamás cambian.

Nunca había sido del tipo de gente que tomaba las cosas sin pedir permiso pero por las ansias que se lo comían vivo fue a prepararse un sándwich y de paso le preparó uno a su amigo para desayunar.

Mientras comía puso la comida de su amigo en un plato y sirvió jugo en un vaso, cuando ya tenía todo entró a la habitación de su amigo.

No le había dado tanta importancia, pero realmente quería verlo, su cuerpo necestaba tocarlo para saber que efectivamente todo el infierno ya había pasado. Lo encontró aún dormido, con las mantas cubriendo todo exceptuando su cabello naranja. La habitación seguía un desastre cosa que relajó al de cabello cian.

A paso lento se acercó a su amigo para despertarlo como era costumbre pero antes de que pudiera tocarlo este se sobresaltó y retrocedió hasta que su cuerpo tocó la pared.

-Mierda Keith, qué susto- le dijo mientras lo miraba con una mezcla de miedo y seriedad. Jamás había reaccionas así.

-Perdón... es que venía a despertarte para que desayunes...

-Si, lo siento. Aún no puedo evitar estar tan alerta por lo del incidente. A veces simplemente sentir cualquier estímulo me hace reaccionar de manera brusca.

-No te disculpes, tarado. Desayuna.

Realmente lo que dijo le preocupó a Keith, pero no había mucho que pudiera hacer, ya habrá otro día en el que se centraría en los dolorosos cambios que su amigo tuvo que pasar, por ahora decidió continuar con lo que estaba sucediendo. Después de tallarse los ojos Pico agarró el plato y el vaso para desayunar. El de cabello cian se sentó en la silla y siguió comiendo lo que se había preparado para él.

Nunca, desde que se conocieron, habían desayunado en silencio.

-Gracias por el sandwich- le dijo extendiendo lo que usó.

-Al menos sabes agradecer.

Tras dejar los platos en el escritorio, Keith miró con detenimiento el cuerpo descubierto de su mejor amigo, este siempre había dormido solo en pantalón corto por sufrir de exceso de calor y gracias a eso ahora podía apreciar con detenimiento las cicatrices que antes no estaban en esa piel algo bronceada, las marcas se esparcian por cada músculo que ahora se veía marcado.

-¿No prefieres probar en lugar de mirar?- la broma lo hizo desviar la mirada.

-No me negaría a probarte, idiota- dijo siguiendo el juego y volviendo a clavar su mirada en el. Pico no objetó mas se cubrió con sus brazos lo que pudo se su torso.

-Me da vergüenza. Cada marca fue hecha por una estupidez y yo... Yo no quiero que las veas.

-Entonces no miraré- lentamente se acercó y con el dedo índice empezó a recorrer cada una de ellas. Aún con los ojos cerrados siguió hablando -las cicatrices son recuerdos tallados en la piel, al tocarlas no puedo evitar pensar en todo el dolor por el que tuviste que pasar.

Tras decir eso se sentó en la cama y abrazó a su mejor amigo, entre sus brazos sintió como Pico soltó de a poco lo que tenía guardado.

-Independientemete de las cicatrices tu cuerpo sigue igual que antes, tu calor es el mismo que sentía antes de este infierno, tus brazos siguen siendo igual de reconfortantes que antes y tú, pese a todo, sigues siendo Pico.

Cuando el pelinaranja se calmó lo separó de sus brazos y con sus pulgares limpió lo que quedaban de lágrimas en el rostro de su amigo.

-No había notado que dejaste crecer tu cabello- tras decir eso sorbio los mocos -te queda bien.

-No solo mi cabello creció.

Y con esa broma tonta ambos empezaron a reír.

-¿Y qué era eso que me querías decir?- la pregunta tensó al de cabello cian.

-Lo mismo va para ti.

-No me lo devuelvas, tú dijiste primero que tenías algo que decirme.

-Si...

Mensajes Sin Responder ✿Pico x Keith (bf)✿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora