𝚅𝙸𝙸 - 𝙳𝙴𝚂𝙼𝙰𝚈𝙾

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- ¡Neville! - Gritó Cedric para llamar la atención del omega, el cual se encontraba desayunando con Lavender en el gran comedor, quien ya estaba recuperada de su celo.


Neville intentó cubrirse la cara con el cuerpo de Lavender para evitar ser visto, pues estaba avergonzado por haber faltado a su quedada con Cedric el día anterior por culpa de sus celos y no estaba preparado para enfrentar al alfa. Pero de poco sirvió ya que su rechoncha silueta podía verse con claridad entre la multitud.


- Hola... ¿Puedo sentarme? - Preguntó Cedric con cierto temor cuando llegó a donde estaban sus amigos.


- Sí claro, eso no se pregunta. - Lavender respondió en lugar de Neville, quien se encontraba demasiado nervioso para mirar a su amigo a la cara.


Cedric asintió dudoso y tomó asiento al lado del omega de cabellos negros y olor a vainilla chocolate blanco.


- ¿Te encuentras bien Neville? Me preocupaste mucho, ayer quedamos en ir a las gradas del campo y nunca apareciste.


- Me encontraba mal, debió haberme sentado mal el desayuno. Pasé todo el día con Lavender en la habitación.


Cedric decidió no preguntar nada más y aceptar las respuestas de Neville, si el omega afirmaba aquello no le quedaba más remedio que creerlo. Un tenso silencio se instauró entre ellos, a si que Lavender decidió romper el hielo para cortar la tensión.


- Mañana es 1 de diciembre, lo que significa que es el partido final del trimestre. Estoy segura de que Hufflepuff ganará esta vez. - Lavender expresó su orgullo por pertenecer a la casa del tejón con una pequeña sonrisa.


- No hay que estar tan seguros, son muy buenos en Slytherin. - Respondió el alfa.


- Da igual, estamos más que preparados para ganar. A si que coman bien los dos que hoy hay que estar a tope para el último entrenamiento.


Cedric acató las "órdenes" de Lavender como cuando todavía era un cachorrito y su madre le daba de comer. Por el contrario, Neville simplemente se terminó la pequeña magdalena que se estaba comiendo y no probó ningún bocado más.


Cuando terminaron de desayunar cada uno se fue a sus respectivas clases y esperaron pacientemente a que estas finalizaran para poder dedicar todos sus esfuerzos a los entrenamientos. Estos últimos días Neville se había sentido más cansado de lo normal, pero hoy estaba mucho más débil, el omega no tenía ni idea de cómo era capaz de mantenerse en pie. Neville estuvo a punto de decirle a sus compañeras que no podría asistir al entrenamiento, pero él no quería faltar, quería ayudar a su casa en todo lo que pudiera.


- Te ves cansado... ¿Quieres ir a la habitación a dormir? Puedo decirle a las chicas que no te encuentras bien. - Decía Lavender mientras ambos se cambiaban en una apartada esquina del baño.


- Que no, estoy bien de verdad, solo estoy un poco cansado, pero ya verás que con el entrenamiento me vengo arriba.


La testarudez de Neville le costó cara, pues pocos minutos después de comenzar el entrenamiento comenzó a notar cómo sus ojitos se iban cerrando poco a poco hasta que su cuerpo no pudo aguantar más la poca energía que tenía y acabó desmayándose en pleno entrenamiento.

Un defecto de talla | Omegaverse Neville x CedricDonde viven las historias. Descúbrelo ahora