𝙸𝚇 - 𝙿𝙰𝚁𝚃𝙴 𝙸: 𝙻𝙰 𝙸𝙽𝚅𝙸𝚃𝙰𝙲𝙸ᴏ́𝙽

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- Cedric, para, que me da vergüenza.


Después del desmayo que Neville sufrió en el ensayo, Cedric no se había separado del omega ni un solo segundo. Eso debería gustarle a Neville, pues es lo que siempre había querido: tener toda su atención al completo. Pero había llegado un punto en el que estaba empezando a avergonzarle el hecho de que lo tratara como un bebé. Él era un omega hecho y derecho y sabía perfectamente lo que tenía que hacer.


- Vale vale... Lo siento, solo quiero que te alimentes bien.


- Y te he prometido que voy a hacerlo, pero no me hace falta que me des de comer jajaja.


Las mejillas de Cedric se colorearon un poco al darse cuenta de que quizás su vena protectora de alfa se había salido un poco de control.


- E-está bien. En nada salimos a Hogsmeade, vete a cambiarte por algo más abrigado.


- Pero si yo estoy bien así.


- Neville...


- Que si, ya voy, nos vemos en el patio, dile que esperen por mí.


Neville se levantó de la mesa y se envalentonó a darle un beso al alfa antes de irse corriendo a su habitación. Ya saben, como agradecimiento a preocuparse tanto por él. Pero Cedric sintió ese beso de manera diferente, lo sintió como el último empujón a hacer lo que debería haber hecho hace mucho tiempo.


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Neville estaba reprimiendose para no llorar en ese instante, pues la báscula volvía a indicar que había vuelto al peso inicial con el que había comenzado su dieta. Pero ya no podía hacer nada más, debía aceptar que ese seguiría siendo su cuerpo el resto de su vida y que si Cedric no lo quería así, simplemente lo asumiría.


El omega se bajó de la pesa y se vistió tal y como Cedric le había indicado. La chaqueta que se había puesto era de color azul y era muy calentita, pero también lo hacía ver más rechoncho de lo que era. Neville eligió un gorrito verde de lana y unos guantes del mismo color. "Ojalá Cedric no me vea ridículo" Pensó casi suplicando.


Y nada más lejos de la realidad, pues el alfa interior de Cedric comenzó a arañarle, indicándole que quería achuchar al gordito omega que se presentaba ante él. "Mío" Ladró por dentro.


- Bufff, que frío hace ¿no? - Dijo Neville soltando una risita mientras se frotaba las manos.


- E-eh sí, está helado.


- Y por eso estás rojo ¿no? Jajaja - Dijo Lavender, apareciendo en escena sigilosamente para no interrumpir a sus amigos, aunque su alter ego celestina no pudo ocultarse más.


- Pues sí, lista, mi piel es así. - Replicó el alfa con su corazón latiendo apresuradamente por el comentario de Lavender.

Un defecto de talla | Omegaverse Neville x CedricDonde viven las historias. Descúbrelo ahora