𝚇 - 𝙵𝙸𝙽𝙰𝙻: 𝙴𝙻 𝙱𝙰𝙸𝙻𝙴 𝙳𝙴 𝙽𝙰𝚅𝙸𝙳𝙰𝙳

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𝙑𝙚𝙞𝙣𝙩𝙞𝙘𝙞𝙣𝙘𝙤 𝙙𝙚 𝘿𝙞𝙘𝙞𝙚𝙢𝙗𝙧𝙚 ✵


Neville miraba maravillado en dirección al gran espejo de la habitación que compartía con Lavender. La luz de la luna mezclada con el fulgor que emitían las velas de cera solo conseguían que se viera más lindo que nunca. El rechoncho omega miraba con orgullo cómo de bien le quedaba su elegante traje; llevaba puesta una hermosa túnica de gala negra con una camisa y una pajarita, ambas de color blanco. Hacía tiempo que no se sentía bonito... Y eso en parte era gracias a Cedric, su gran amigo. El pobre Neville aún no se creía que iba a ir al baile con el alfa más apuesto de todo Hogwarts.


Hoy iba a ser la noche más importante de su vida. Además de lo que suponía asistir al acontecimiento más importante del año, también estaba dispuesto a confesarle a Cedric todo lo que sentía por él. Aun pensando que no tenía ninguna posibilidad, Neville no aguantaba más escondiendo sus sentimientos. Iba a arriesgarse. Tenía que hacerlo. Lo que el dulce y despistado omega no sabía, es que el alfa iba a adelantarse a todos sus actos.


Neville respiró hondo como última preparación. Estaba listo. El omega abrió la puerta de su habitación y se dispuso a llegar al gran comedor lo antes posible, corriendo lo más rápido que sus piernas le permitieron. Por otro lado, Cedric se encontraba al final de las escaleras del comedor, atacado por el nervios y prácticamente sudando. El alfa llevaba puesta una túnica de vestir adornada con unos botones negros y una pajarita negra que agregaban un bonito contraste al aspecto general.


- Hola, Cedric.


El alfa se giró hacia lo más alto de las escaleras en busca de quien portaba esa melodiosa voz, mientras que su lobito interior comenzó a saltar de un lado a otro y a mover su rabito sin parar. Cedric le sonrió y Neville comenzó a bajar lentamente las escaleras, intentando disipar el resto de sus miedos por el camino. Tras llegar al final de los peldaños, Cedric hizo una pequeña reverencia y extendió su mano hacia él. El omega soltó una risita nerviosa y agarró gustoso su mano.


Neville y Cedric comenzaron a caminar en silencio, admirando la decoración de la escuela. El jardín quedó decorado como una gruta, con fuentes, bancos labrados, caminos serpenteantes, estatuas de piedra de Papá Noel y sus renos y hadas vivas multicolores posadas en los rosales.


Todo era muy hermoso.


- E-estás muy guapo, Neville. - Dijo Cedric, tartamudeando un poco en el proceso. Estaba más que nervioso.


- Gracias por el cumplido. - Respondió el omega con sus mejillas sonrojadas. - Tú también estás muy guapo.


Cedric se limitó a sonreír mientras seguían yendo en dirección al gran comedor.


Habían parejas de lo más diversas: Lavender y Ginny una al lado de la otra, emocionadas por poder ir al baile aunque no fuera con ningún alfa cómo pareja. Los gemelos Weasley estaban parados, con sus espaldas apoyadas en la pared, seguramente acompañándose hasta que sus parejas llegaran.


A lo lejos, apareció una pareja de apuestos alfas, con sus manos entrelazadas y dándose un suave beso en frente de todos. Todos miraban anonanados cómo Harry Potter y Ron Weasley se daban afecto en público, sin miedo a las reacciones que esto pudiera provocar. Algunos miraron esto con ternura mientras que otros expresando asco en sus mirados. Otros muchos lo habían tomado con indiferencia.

Un defecto de talla | Omegaverse Neville x CedricDonde viven las historias. Descúbrelo ahora