𝙸𝚇 - 𝙿𝙰𝚁𝚃𝙴 𝙸𝙸: 𝙻𝙰 𝚁𝙴𝙲𝙾𝙽𝙲𝙸𝙻𝙸𝙰𝙲𝙸ᴏ́𝙽

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❗𝑰𝑵𝑪𝑳𝑼𝒀𝑬: 𝑳𝒆𝒗𝒆 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒆𝒏𝒊𝒅𝒐 +18


Ron caminaba cabizbajo por las instalaciones de Hogwarts mientras el resto de alumnos disfrutaba de una agradable excursión en Hogsmeade.


Sentía sus ojos picar y estaba seguro de que sus mejillas iban a ser llenadas de lágrimas en no muy poco tiempo. También pensó en rendirse, si Harry no quería verlo, tenía que respetar su decisión. Pero luego reflexionó más a fondo, ¿cómo iba a dejar que Harry no estuviera nunca más con él?


Oh, dios, ¿se buscaría una omega?


¡No! ¡Peor! ¡Un alfa!


No, decidido, no iba a dejar que ningún alfa tocara el cuerpo de SU Harry.


Luchará para recuperarlo.


El pelirrojo y esbelto alfa cambió el camino que estaba siguiendo hacia el comedor y fue rumbo hacia su habitación. Y, como en la mayoría de ocasiones, el instinto de su lobo dio en el clavo.

Ahí estaba.

Recostado boca abajo en la cama mientras leía un libro de la historia de Quidditch.

Con sus cabellos negros tapando sus ojos del color de la esmeralda.

El alfa más perfecto, al menos para Ron.


- Hola Harry.


Harry levantó la cabeza y no disimuló su mirada de rechazo. Aunque por dentro, su lobito no paraba de saltar de un lado para otro mientras movía su colita. - ¿Qué haces aquí? ¿Me estás siguiendo?


- Sí. - Respondió tajante con una juguetona sonrisa, aunque Harry decidió ignorarlo y seguir con su libro.


- Harry, necesito hablar contigo.


- Yo no tengo nada que hablar contigo, te he dicho ya mil veces que me dejes en paz.


- ... Ya no estoy con Lavender.


- Enhorabuena, has tenido un mínimo de madurez en tus dieciséis años de vida. ¿Quieres un premio?


- ¡Harry, joder! ¿Por qué no me escuchas? - Gritó Ron, arrebatándole a Harry el libro que estaba leyendo para obtener toda su atención.


"Ahora el inmaduro parece otro" Pensó Weasley.


- Jajaja, esto es absurdo. - Harry se levantó de mala gana de su cama y se acercó con agresividad al pelirrojo, el cual lo miraba victorioso. - Ron, dame mi libro y sal de aquí.


- No me voy a ir hasta que me escuches.


- ¡¿Qué quieres de mí?! Has jugado conmigo, me has humillado saliendo con esa chica y por tu culpa el hecho de salir de la cama cada día ha sido un puto reto para mí. ¿Y ahora quieres que te escuche?

Un defecto de talla | Omegaverse Neville x CedricDonde viven las historias. Descúbrelo ahora