Capítulo 5

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¿Y la celda?

Ivanna

¿Y la celda?

Ivanna
Otra vez. Derrotada. Como la primera vez.
No sé qué paso, recuerdo que intente escapar y como es notable, falle. Era mi única opción asique lo mejor es usar el plan que no quería implementar, pero no hay de otra. Su confianza, eso es lo que ocupo, lo que necesito para poder salir de aquí lo mas antes posible. Deduje que, si me ganaba su confianza, hay posibilidad de que aparte que me de mas libertad y en una oportunidad escapar, también podría sacarle información sobre su familia. Ahora que lo pienso es un mejor plan que el primero de escapar como una loca.

Espero a que llegue matteo para empezar a emplear mi nuevo plan.

En todo el tiempo que ha pasado no ha venido y, lo único que a pasado es que ha venido otra vez esa chica, la que siempre me trae la comida, aunque por más que trato de sacarle alguna información, aunque sea muy mínima, no accede, no dice nada y eso es algo estresante. Pensaría que no sabe nada si solo fuera una sirviente corriente, pero ese es el problema, a plena vista se ve que no es sirvienta, pareciera que ella sola se ofrece a venir a traerme todo eso y, no muestra ningún miedo. Estoy segura de que si la mandan a ella es porque si me mandaran a una simple sirvienta hace mucho que habría escapado.

Escucho que alguien viene y se quien es ¿Cómo? No lo sé, simplemente lo se y es algo raro.

Matteo aparece enfrente de mi celda con unas llaves. Se queda quieto ahí, cuando por fin decide moverse, abre la celda.

Eso no me lo esperaba siendo sincera.

Entra y se pone enfrente de mi.

-- Vamos, anda.

--¿Qué? — es lo único que se decir, estoy demasiado confundida.

Vale, esto es raro, primero intento escapar y ahora me esta ofreciendo salir. Muy raro. Me paro para salir hasta que una mano me detiene.

-- Espera – se calla un momento – no creerás que es así de fácil ¿no?

-- No.

-- Bien.

Se acerca a mi y me pone un collar. Lo suponía no podía ser tan fácil. Agarro mi cuello donde esta el collar y lo noto <<un collar de toques>> Genial, lo que faltaba.

-- ¿Enserio?

-- ¿Qué?

-- Un collar de toques – le aclaro.

-- ¿Qué tiene? – parece confundido.

-- ¿Por qué?

-- Y todavía preguntas – se mete las manos a los bolsillos de sus pantalones – me intentaste matar Ivanna. Agradece que te voy a sacar de esto y ya.

-- En primera, merecías que te matara. En segunda, no te voy agradecer nada.

-- Mmh, no me sorprende.

Me dio una repasada con sus ojos y luego los aparto.

-- Vamos que no tengo todo el día.

No dije nada, estaba agotada por el esfuerzo tanto físico como mental. Estaba perdida hasta este momento. Pero sabía que cuando me recompusiera tendría una mejor idea para salir de aquí en lugar de ese plan de ganarme su confianza. No quería ese plan, no quería implementarlo, mi orgullo y dignidad me lo impedía, debía de haber otra opción, cualquier otra.

Sali de la celda atrás de Matteo, no podía creer que lo estuviera siguiendo como un perro atrás de su dueño.

Luego de estar caminando un rato por fin se paró Matteo en frente de una puerta, deducía que era una habitación.

-- Esta... – se giró para verme – a genial, sigues aquí.

--¿Dónde más iba a estar?

-- No lo sé, en algún momento pensé que te habías ido y me habías dejado solo.

-- Lo habría hecho. Pero te recuerdo que tengo un collar de toques y prefiero no arriesgarme, no soy tan tonta.

-- Seguro que no – se burló.

No tuve algo mejor que hacer que fulminarlo con la mirada. El descarado lo vio y ni así se dejó de burlar.

Luego de que por fin paro de burlarse siguió.

-- Como decía, esta será tu habitación.

-- Bien – pensé en no darle tanta importancia, pero decidí ser “agradecida” – gracias.

Al decir eso abrí la puerta más rápido que flash y le cerré la puerta en la cara. Mi orgullo estaba gravemente herido y solamente por un plan para tratar de salir de aquí. Que ridículo.

¿Ahora que hago?

Inspeccioné el cuarto. Era lindo. Las paredes eran de blanco y negro, daba un aspecto elegante. Por más que esto fuera un castillo no sería un cuento de hadas, todo lo contrario. Enfrente de mi estaba una cama demasiado grande donde podían caber tres personas o creo que, hasta más, voltee a mi izquierda y estaba un tocador y a lado un closet también demasiado grande como la cama. Nada tan espectacular para mí. Lo normal. Luego de ver eso voltee a mi derecha y ahí estaba una puerta donde supongo que se dirigía al baño, y a lado de esta puerta estaba una tele grande y unos sillones, me fije en algo particular “un puf” genial, ahora me agradaba esto, aunque, si tan solo hubiera un solo miserable libro hubiera estado mejor. Todos los muebles también se veían elegantes, lo que mas veía de color era negro, blanco, café y, las luces eran de esas amarillas que casi ni iluminaban pero que se veían ¿finos? Si, finos por así decirlo, no sabría como mas describir el aire que llegan a dar ese tipo de luces.

Luego de inspeccionar todo el cuarto estaba a punto de ir a acostarme a esa cama que tanto me llamaba que fuera. Pero, antes de llegar, alguien sin previo aviso abrió la puerta. Era Matteo. Otra vez.

-- Se me olvidaba decirte. No trates de escapar ni nada por el estilo. Como te das cuenta tienes ese lindo collar y, aparte hay mas de cincuenta personas en todo el castillo en cada puerta y ventana supervisando que no te escapes. Asique esta vez no seas tonta por favor.

-- ¿Venias solo para decirme eso?
-- No, también arréglate. Vas a venir a cenar conmigo y mis padres y dos amigos. En el closet hay ropa para ti, elige lo que quieras.

-- Ok.

Y sin más que decir. Se fue.

¡Dios que agotador!

Fui al armario lamentándome por no poder irme a dormir en ese mismo instante.

Me fije en el armario y toda la ropa que había. Busqué algo que fuera de mi estilo y al final me puse una falda y una camisa negra pegada. Algo muy normal. Fui al tocador para cepillarme el pelo y hacerme una coleta alta. Por un instante pensé en maquillarme pero decidí que mejor no. Luego de la cena lo único que quería hacer al llegar a esta habitación iba a ser quitarme esta ropa, ponerme algo más cómodo e irme a dormir, no quería perder tiempo en desmaquillarme y todo eso. Asique decidí irme natural. Lo único que si hice fue lavarme la cara ya que estaba con polvo porque estuve en esa celda.

Justo cuando acabe alguien toco la puerta.

¡Bien alguien que tocaba la puerta, genial!

-- ¡Pase! – grite.

Entro un chico que nunca lo había visto con una chica, pero, a ella si la reconocí, era la chica que venia a mi celda y me daba comida, la que ni me dirigía una sola palabra.

-- Venimos a recogerte para la cena – me dijo el chico.

-- Bien.

Los segui pero antes de irme de esa habitación me gire para ver atrás.

Regresare por ti camita.

Sali y cerre la puerta. Voltee a ver a ese chico, el chico se veía más simpático que Matteo, se notaba a kilómetros que el no era de la familia Ivanov. Justo en ese momento que lo estaba viendo el hablo.

-- ¿Tú eres Ivanna verdad?

Asentí.

-- Mucho gusto – me estrecho la mano – Yo soy Lukas.

-- Ya sabes quien soy, no hace falta volver a decirlo – acepte su estrecho de mano con una leve sonrisa.

-- ¿Te puedo preguntar algo?

-- Depende que tipo de pregunta sea.

-- ¿Por qué tu familia es enemiga de la familia Ivanov?

-- ¿Te mando Matteo a sacarme información?

No lo podía creer, que bajo caía. Como el no me puede sacar nada de información va y manda a quien sea que sea a sacarme información por él.

-- ¿Qué? ¡No!

-- ¿Entonces? ¿Por qué la pregunta?

-- Simplemente quería saber, Matt nunca me quiere responder esa pregunta, pensé que tu podrías.

¿Matt? Desde cuando lo llamaban así. ¿Quién era el para llamarle así con tanta confianza?

-- Aparte – siguió – si te quisiera sacar información, creo que preguntaría algo mucho más importante… ¿no crees?

-- Puede ser – trate de aclarar un poco mi confusión antes de seguir – Pero ¿Quién eres tú para llamarle de una forma poco formal?

-- Soy su mejor amigo.

Ah.
¿Esa cosa podía tener un mejor amigo? Wow.

-- Vale, tiene mas sentido. Pero, aunque no me quieras sacar ningún tipo de información, no me puedo fiar de ti, asique no te lo dire.

Se me quedo viendo hasta que dirigió su vista hacia enfrente.

-- Esta bien.

Seguimos caminando un poco hasta llegar al comedor. Entramos y el y la chica se fue a su asiento, que por cierto, la chica nunca hablo y ni se presentó, estaba empezando a pensar que era muda o sorda, pero eso no podía ser, porque una vez si que me hablo, pero lo único que me dijo fue el nombre de Matteo cuando se lo pregunte.

-- Ven – escuche la voz de Matteo atrás de mi.

Volteé y lo vi. Estaba en un traje y me examinaba con la mirada.

-- ¿De todo el closet eso es lo que te pones?

-- Si ¿Algún problema con ello?

Me ignoro. Me señalo una silla y supuse que quería que me sentara ahí. Lo hice. Luego vi como el se sentaba a lado mío y voltee a verlo mal, debería acostumbrarse porque las únicas miradas que yo le iba a dirigir iban a ser así.

Luego de poco rato vi como venían sus padres. Estaban arreglados. Demasiado para ser exactos.

Cuando entraron su mirada se dirigió a mi sitio. No supe descifrar esas miradas, pero lo que si supe es qué esta cena iba a ser un poco larga y cansada.




Por fin puedo subir este capitulo. Muchas gracias para las personas que le están dando una oportunidad a esta historia. Espero que les este gustando.

Quiero pedir mil disculpas si me tardo en subir capítulos. Estoy ocupada con exámenes finales. Pero trataré de subirles lo más rápido que pueda más capitulos. Por ahora los dejo con este último

Irresistible ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora