⩩💨໑₊ꗃ ── Diaspora | "Es la gente
que amas la que está destinada a
ser temporal en tu vida."
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Cuando Eywa entrelaza los caminos de dos almas en apuros, es porque estas dos tienen un propósito más grande que ellas m...
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Los tambores sonaban en todo el lugar y resonaban hasta en sus espacios más recónditos. Con un ritmo que solo hacía notar el aire netamente festivo. Aquellos instrumentos, que junto a las flautas y su melodía paraba de los asientos a cualquiera y los obliga a ir a la pista de baile junto al grupo de danza que animaba aún más la inauguración mientras dedicaban sus felices cantos a Eywa.
Si no fuera porque la mayoría tenía cabellos blancos o mixtos, sus pieles pálidas y sus ojos celestes, el clan artikuyen casi pasaría por otro distinto. Uno más alegre y sociable.
El eclipse ya había llegado, y la luminiscencia del ambiente hacía que la decoración se viera incluso más hermosa. Parecía un sueño del cual casi nadie quería despertar. Muchos estaban riendo en grupos con varios del Metkayina que se habían animado a juntarse. Mientras, la mayoría se embriagaba con néctar de raíz de Lux, una flor acuática originaria de su hogar, la cual habían empezado a cultivar apenas se habían instalado en aquel hogar de paso. Este líquido era un tanto espeso, pero no quitaba el exquisito sabor que tenía, dulce y ácido al mismo tiempo.
La tribu entera se había animado a pintar sus caras y extremidades con pintura de colores fríos como motivo de unión y de renacimiento. Los dibujos eran parecidos a los que usaban cuando se dirigían a una guerra, pero esta vez el motivo no era más que uno alegre. Todos estaban esperando a que las jóvenes prospectos salieran y se unieran a la fiesta; pues era costumbre celebrar a Eywa, pero también a ellas y a la futura Lidereza entre sus números.
En los próximos días, dichas na'vi liderarían el clan que las vio nacer y crecer, una a la vez, con la esperanza de ser digna para el gran puesto que esperaba con el soplido del viento.
Luna'pey estaba feliz. Jugaba con su nuevo collar con algo de ansiedad. Hacía muchísimo tiempo que su tribu no veía un motivo de celebración. Ella se encontraba junto a su grupo de electas en la choza de la Líder Espiritual, con Tanhì y Tsireya. La primera hacía dibujos en el rostro de su hermana mayor, con trazos suaves y delicados que encarnaban a la perfección el espíritu guerrero de la joven.
Mientras que el ritmo festivo de la banda de música marcaba la celebración fuera de la choza, Tsireya trenzaba mechones de la melena corta de Luna alrededor de su tiara, y decía:
─... También me parece muy emocionante saber cómo celebran los del norte. Conozco historias de otras tribus donde las mujeres son Olo'eykte, pero no sabía que un día conocería a una en persona, o a un grupo entero de na'vi en preparación para serlo.
─Un día serás Tsahìk, Reya, claro que ibas a conocer a una en cualquier momento ─le comentó Luna, interrumpiéndola un momento. Su dedo redondeaba el pequeñito dije blanco y reluciente de su collar.
─Supongo que tienes razón. Espero ser la mitad de buena Tsahìk de lo que es mi madre ─tomó un mechón cerca de la oreja de la peliblanca y lo unió con la trenza que estaba terminando.