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Ambos padres Kanawut llegaron antes del mediodía, al sentir la casa tan callada, no hicieron ruido.

El señor Kanawut fue hacia la cocina, para calentar lo que había quedado de la noche anterior, mientras que la señora Kanawut, tanto por su curiosidad y por su instinto materno que le pedía ver a los dos jóvenes, subió las escaleras para ir hacia los dormitorios.

Vio la puerta del cuarto de Gulf abierta, y apenas se asomó un poco para mirar, sólo lo suficiente para notar a los dos jóvenes en la cama tamaño matrimonial que compartían.

Gulf estaba de espaldas a la puerta, acomodado sobre el pecho de Mew, quien parecía abrazarlo, aunque las sábanas no la dejaban ver del todo claro.

Sonrió, encantada con lo lindos que eran juntos, antes de cerrar la puerta con lentitud y dejarlos dormir un rato más.

Sin poder borrar su sonrisa boba en el rostro, fue a hablar con su marido de lo lindos que eran.

El señor Kanawut dejó a hablar a su esposa, escuchándola sin decir nada pero sin poder evitar sonreír al igual que su mujer.

— Creo que sí lo molestamos bastante cuando nos fuimos— dijo la señora Kanawut, sintiéndose un poco mal por su hijo—. Pero al final sí resultó.

— Suenas como una loca al festejar porque tu hijo tuvo su primer sexo anal.

La señora Kanawut golpeó a su marido con un trapo varias veces, enojada por el vocabulario del hombre.

— ¿No te parece desagradable que un hombre en sus cincuenta hable de esa manera?

— Pero si soy todo un adolescente.

— Y es nuestro hijo— lo corrigió, ignorando sus estúpidas excusas.

— Pero si lo digo así te hago sentir peor.

— Cállate y cocina— dijo la señora Kanawut, ya sin ganas de hablar con el hombre.

Loud (MewGulf) ² (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora