Loud (MewGulf) ² (PAUSADA)

15

— Estuve con Win— dijo Brithg con simpleza.

— Ya era hora de que tuvieras relaciones, Brillitos.

El castaño frunció el ceño, mirando a Mew de mala manera.

— ¿Qué quieres decir con eso?

— Que eras tan virgen que te decían María.

Brithg golpeó el brazo de su amigo, aunque sólo logró que Mew riera.

— ¿Y tú qué sabes si no tuve relaciones con alguien más antes?

— Te conozco desde que tienes catorce, Brithg, y a menos que hayas tenido una antes de que seamos amigos... Lo hubiera sabido.

Brithg no tuvo nada más para decir, así que volvió su vista al yogurt de pote en sus manos, aún por la mitad, revolviendo el contenido con la cuchara.

Estaban en un descanso antes de ir a clases de escenografía, en caso de Brithg, y de su taller de composición, en caso de Mew, y sólo quedaba que el castaño terminara su aperitivo.

— ¿Qué tal lo pasaron? — preguntó Mew.

Brithg sonrió un poco, aunque intentaba disimular su alegría.

— Aún me duelen las piernas— dijo, haciendo reír a su amigo—. Pero estuvo... Bien, sí, muy bien— rio con algo de nervios—. Y... ¿Tú con Kana?

Mew se encogió de hombros.

— No realmente— dijo, por lo bajo—. No tuvimos ese tipo de relaciones... Gulf no se siente listo, respeto eso, así que no lo hicimos.

Brithg asintió.

— Aunque él necesita más un apoyo moral— continuó Mew—, amoroso, ya sabes, más de cariño... Que alguien para follar. Quiero ser el tipo de persona que él necesita.

Brithg no respondió, ante el silencio, Mew se giró hacia él, para ver su expresión, el chico sonreía tan ampliamente que parecía que en cualquier momento estallaría en risas.

— ¡Qué frase, Mew Suppasit! — Brithg comenzó a reír y a aplaudir, haciendo que Mew se ruborizara por hacer semejante escena—. Te quejas de que me afectó el teatro, pero tú con tus compasiones ya te pegaron las palabras bonitas.

Mew lo golpeó un par de veces para que dejara de hablar, hasta que el castaño tomó sus muñecas para que se detuviera.

— Ya, ya, pareces un gatito enojado que araña— dijo Brithg, aún con una sonrisa.

— Te voy a arañar la cara.

— Gatito malo— se burló, soltándolo.

Mew acomodó su ropa con el ceño fruncido.

— Bien, Mew, lo siento— dijo el castaño, notando lo malhumorado que se había puesto el chico—. Está bien, hablando en serio... Cada uno tiene su tiempo, y creo que lo que dices es muy lindo.

Mew volvió a ruborizarse, y Brithg intentó pellizcar sus mejillas, sólo para lograr que el rubio lo apartará bruscamente y lo mandara a la mierda.

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