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— ¡Maaaaaaaxxxxxxxxiiiiiiiiii!

El mayor rodó los ojos al escuchar la voz de Brithg.

Había salido de una relajante ducha y apenas se había cambiado, no están de humor para que el chico comenzara a-

Frunció el ceño de golpe.

¿Qué hacía Brithg en su casa?

Salió del cuarto apresuradamente, encontrándose al pelirosa en el pasillo.

— ¿Qué haces aquí, Brithg? ¿Quién te dejó entrar? ¡Largo de mi casa! — habló mientras lo empujaba, haciéndolo retroceder hacia la sala, sin dejar que el chico hablara.

Se detuvo cuando en la sala vio a Win, quién hablaba de algo importante con Tul, pues el moreno estaba escuchando atentamente sus palabras, totalmente serio.

— ¿Tul? ¿Tú los dejaste entrar? — Preguntó el mayor—. Me voy a bañar por veinte minutos y ya dejas que-

— ¡Escúchame! — Lo interrumpió Brithg, ya le estaba molestando todo ese trato—. Está bien que quieras tu casa sola y sin nosotros para follar con ese tipo— señaló a Tul, quién abrió muy grande los ojos con esa declaración—. Pero lo que pasó es en serio importante y te necesitamos.

Las mejillas de Max estaban totalmente rojas por esas palabras.

Ese chico no tenía filtro.

Suspiró y controló el enojo que cargaba.

Ese día había arreglado específicamente para pasarlo con Tul, y estaba realmente molesto porque lo interrumpieran, todavía no habían empezado.

— Hace dos días, Mew me mandó un mensaje de que estaban en el hospital, con Gulf— comenzó—. Le pregunté qué había pasado pero no me contestó ninguna pregunta. Su último mensaje fue que no irían a la escuela durante unos días.

>> No contesta mis llamadas y tampoco las de Win, ni siquiera lee los mensajes.

>> No sabemos si pasó algo malo o sólo están enojados con nosotros.

Max frunció el ceño.

— ¿Por qué estarían enojados con ustedes? — Preguntó— ¿Qué hicieron?

— ¡Nada! — dijeron ambos jóvenes.

El mayor pasó la mirada de uno a otro.

— ¿Probaron con ir a su casa? — preguntó.

Brithg asintió.

— Ayer fui yo mismo, pero el auto lo estaba, no había nadie— dijo.

El pelinegro comenzaba a preocuparse en serio.

— Déjame ver los mensajes— pidió, extendiendo su mano, el pelirosa le entregó su celular, y el mayor se tomó un minuto para revisar la conversación.

— Pensamos que como no responde a nuestras llamadas, podría responderte a ti— murmuró Win, Max le devolvió el celular a Brithg, mientras sacaba el suyo con la mano opuesta.

— Creo que tampoco tendrán resultados— murmuró Tul, se ganó la atención de los otros tres—. Digo, creo que se lo ven venir, tampoco responderán.

Brithg suspiró con fastidio.

— Par de idiotas— murmuró.

— No insultes— lo cayó Max—. Fácil, llamaré a alguien que sé que va a responder— añadió, con un pequeña sonrisa victoriosa, mientras buscaba el contacto en su celular, al encontrarlo presionó la pantalla y espero unos segundos hasta que contestara—. ¡Señora Kanawut! ¿Cómo está? — saludó en tono amable, su sonrisa seguía allí—. No, no, no ocurrió nada, pero sólo queríamos preguntar por Mew y por Gulf.

La señora Kanawut habló por largos segundos, y lentamente la sonrisa de Max se fue borrando.

— ¿Qué? — Casi susurró el mayor—. Sí, sí, por favor— Max separó el celular de su oído para hablarle a los presentes—. Me pasará con Gulf— anunció y volvió a acomodar el aparato junto a su rostro—. ¡Gulf! Soy Maxi, ¿Cómo-?... ¿Hola?

Escucharon un murmullo del celular, pero la llamada se cortó a los pocos segundos.

Max miró extrañado el aparato.

— ¿Qué pasó? ¿Qué dijo?

— La señora Kanawut dijo que tuvieron que viajar a último momento— dijo el pelinegro—. Y dijo que Gulf estaba enfermo, pero que debía contarlo él... Pero no entendí muy bien el qué.

Los otros tres acallaron, tampoco estaban entendido mucho.

— ¿Se fueron de viaje? — Dijo Brithg— ¿De luna de miel? ¿Por... Cuarta vez? ¿No podían decirlo? No es difícil— se quejaba, seguía enojado.

Win negó.

— No creo que se sólo eso— dijo —. Digo, hospitales,... Y que Gulf esté enfermo, no debe ser un resfriado o algo así.

— ¿Qué te hace pensar eso? — preguntó Tul.

— Gulf ya estaba tomando medicamentos desde antes— habló Win—. No nos dijo que era, pero no parecía enfermo... Del tipo resfriado, debían ser para algo más... Interno, ¿No? — intentó explicarse, miró a los otros, esperando que dijeran algo—. Cuando a mí tío le detectaron cáncer, tomaba medicamentos diarios, y no parecía enfermo— contó—. ¿No puede ser algo así?

La sala cayó en silencio, como si al decir cualquier cosa algo como aquello podría resultar real.

Gulf con una enfermedad tan terrible como un cáncer no era algo de lo que querían opinar.

— Llamaremos dentro de un rato a la señora Kanawut de nuevo— anunció Max—. No hablaremos con ellos, para que nos dejen sin respuesta no vale la pena.

Los tres asintieron.

— Y... Si resulta que Gulf está enfermo y no nos quiere decir— aventuró Brithg—. Digo, él es muy cerrado y... Quizás hasta a mí me costaría hablarlo con otros si tengo un cáncer, por poner un ejemplo— aclaró.

— De ser así, yo mismo los llevaré con el— dijo Max—. No puede estar sólo, es cuando más necesita nuestro apoyo.

>>Por si acaso, preparen su equipaje.

Loud (MewGulf) ² (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora