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—Tus cuentas vocales están perfectas— dijo el doctor, guardando la pequeña linterna en el bolsillo de su bata—. Se nota que las cuidas mucho— dijo con una sonrisa.

Gulf hizo una pequeña mueca, encogiéndose de hombros, no estaba de humor.

— Bien, Kana, lo último y terminamos— dijo el hombre—. ¿Puedes decirme tu nombre?

Kanawat Gult-— negó al darse cuenta de que había confundido las letras de nuevo—. Gulf— se corrigió.

El doctor le aplaudió con una sonrisa.

— Muy bien, Kana, has avanzado, esas clases con la fonoaudióloga debieron haber funcionado— dijo, habló mientras buscaba la paleta que había comprado especialmente para Gulf, hasta encontrarla, extendiendo el dulce hacia el joven—. Entiendo que la "R" es una de las letras que más se complican en pronunciar, pero dentro de unas sesiones más lo lograrás, estoy totalmente seguro.

Gulf negó.

— ¿No? ¿No qué, Gulf? — preguntó el doctor.

El castaño dirigió la mirada hacia Mew y a su madre.

— Kana tuvo una pequeña crisis en el estudio de la fonoaudióloga— dijo su madre, mirado al doctor.

Por su lado, Mew fue hacia su novio, colocándose a su lado como si así pudiera distraerlo de recordar el ataque de pánico que habían tenido en el consultorio.

El doctor frunció el ceño, la señora Kanawut se tomó el tiempo de contarle lo ocurrido hacía casi dos meses atrás.

El doctor lo miró con lo que pareció pena cuando la mujer terminó.

— Escuchen— dijo—, mi amigo, tu doctor de Busán, Kana, me ha contado del tumor.

>> No estudié nada de ese tema, no sé mucho más que ustedes, y si no me lo hubieran dicho no lo habría sabido, pero, por donde está, el lóbulo frontal, Kana puede tener dificultades de habla.

>> Y considerando que pasó mucho tiempo sin hablar, es posible que nunca pueda hablar con normalidad. Sus cuerdas vocales, su lengua o su boca, lo que utilice para hablar en general, podrían estar atrofiados por el paso del tiempo.

>> Por eso insistimos que vaya con una fonoaudióloga, así se verá realmente hasta dónde puede llegar.

Gulf comenzaba a tener unas ganas horribles de salir de allí, hasta ese dulce de frutilla le parecía amargo.

Odiaba que le recordaran lo pésimo que era para hablar.

Sabía que era difícil, sabía que no lo hacía perfecto, ¿No podían dejar de recordárselo?

Frunció el ceño y bajó la vista.

— No importa que no pueda decir algo correctamente.

Gulf se sorprendió al escuchar la voz de Mew, miró a su novio con ojitos brillantes, el pelirrojo le dedicó una sonrisa sincera.

— Lo dice y eso ya está perfecto, no tiene nada de malo su forma de hablar— lo defendió.

El doctor decidió callarse.

La señora Kanawut no pudo esconder su sonrisa.

— Niños, ¿Quieren esperar un momento afuera?

Mew extendió una mano hacia Gulf, quién la tomó con una sonrisa boba y bajó de la camilla de un salto, saliendo de la habitación.

Loud (MewGulf) ² (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora