El cielo daba paso al sol, allí estaban dos pequeñas colonias, Colonia do Brasil y el Virreinato del Río de la Plata.
-Ei rio, você acha que algum dia seremos livres?
-Hmmm... No lo sé...
La colonia española volvió sus ojos al libro.
-O que você lê?
-Un libro de Roma
-Roma?
-Si, el Imperio Romano
-Império...?
-Si, es una forma de poder que se concentra en solo una persona, el emperador, aunque claro que puede haber otras fuerzas de poder debajo suyo
-Muitas palavras
El hispanohablante solo negó con la cabeza, desde que se conocieron era así, el rioplatense se centraba en sus cosas mientras el de habla portuguesa lo acompañaba.
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-¡Hey! Eso es trampaEl rioplatense se quejaba mientras veía al contrario reír.
-Não é minha culpa que você não saiba usar uma espada
El hispanohablante siguió con su berrinche, hasta que sintió como era abrazado por el portugués.
-¿Porqué vos...
-Fique quieto
De a poco Colonia do Brasil quedó acostado arriba del Virreinato del Río de la Plata, abrazandolo de manera tierna.
Virreinato lo levanto y lo llevo hasta al lado de un árbol, dónde lo sentó, siendo el español el que se sentaba arriba suyo de frente.-Quando eu me tornar independente, sempre protegerei você
-Yo también
Beso su frente con delicadeza mientras el contrario acariciaba sus caderas.
-você é macio~
-¿Eh...?
Colonia do Brasil beso el pecho del Virreinato, provocando que se sonrojara.
-Hazlo otra vez...
El español miro hacia otro lado, sonrojado y avergonzado por su petición, pero el otro cumplió y lo volvió a hacer, pero ahora lleno de besos su cuello también, escuchando por lo bajo sus jadeos.
-Você é tão fofo~
Pego su pecho contra su rostro, y agarró sus caderas para acercarlo más a él, apesar de ser más alto, el rioplatense tomaba un papel más sumiso en esas caricias.
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No dejaban de besarse ni para respirar, cada uno disfrutaba la compañía del otro, aunque ahora era más un consuelo para el portugués, quien había sido golpeado otra vez por el Imperio de Portugal.