-10-

242 10 1
                                    

I.B. corría por el bosque en busca de su amado, aunque al estar convertido en bestia se había perdido, entonces escucho el grito del uruguayo, cuando fue no había nadie, solo un pequeño charco de sangre que teñía el césped de un carmesí puro.
__________________________________

-¿Te sentís mejor?-
Uruguay asintió, aún dolía pero no tanto como antes.

-... ¿Y si me cantas algo?-

-¿Cantar?-

-Si, me gusta como suenas cuando cantas-
En cierto modo no mentía, pero sabía que esa la manera en la que el brasileño los encontraría.

-Hmmm...-

-Porfis-

-Ahg, está bien-

Ay mí amor, sol querido
Te amo tanto que deseo
En mis brazos tenerte

Ay amor, amor, mí amor...

Ay mí amor, corona querida
Te amo tanto que deseo
En tus brazos refugiarme

Ay amor, amor, mí amor...
__________________________________

El imperialista se paralizó al escuchar una voz... ¿Confederación? Empezó a seguir la dulce voz, no estaba seguro que cantaba, su forma salvaje no le permitía entender eso. Empezó a gruñir al no poder encontrarlo, sintiendo de a poco como su ira crecía junto con su instinto animal.

Corrió por dónde podía, pero escuchaba la voz venir de todos los lugares.
__________________________________

-Uru, ¿Te sentís mejor?-

-Si...-
Se había decepcionado, el brasileño no los había encontrado.

-Bueno, hay que volver-
Intento agarra la mano del menor, pero este se apartó.

-¿Qué hay de Imperio?-

-Perú y yo vendremos para buscarlo-

-¡No! No lo dejare ir-
Se levantó con todo el dolor del mundo y empezó a correr entre los árboles, buscando al brasileño.

-¡Uruguay!-
Confe emprendió su búsqueda, sin éxito, debido a que el menor era muy sigiloso.

Siguió corriendo, gritando el nombre del uruguayo, esperando encontrarlo, hasta que se paró en un lugar a descansar. Estaba a punto de buscar otra vez cuando sintió unos pasos detrás de él y como era tirado al piso bruscamente.
__________________________________

Imperio se había empezado a poner nervioso, no encontraba al argentino y las lágrimas empezaban a caer, ¿acaso había huido otra vez? Esos pensamientos se esfumaron cuando lo escucho gritar, pero no de dolor, más bien llamando a alguien, se acercó rápidamente al lugar dejando atrás su lado humano y dando alma y cuerpo a la bestia.

Llego dónde había escuchado por ultima vez el llamado, y ahí lo vio, Confederación argentina estaba tan hermoso como siempre, iba a acercarse a él con delicadeza pero la bestia pudo más, sin previo aviso se lanzó arriba de la espalda del argentino.

Pudo escuchar un quejido silencioso proveniente del menor.
Confe intento escapar pero Imperio agarró sus extremidades para no dejarlo salir, se acercó a su hombro, respirando profundamente ahí, provocando que el bicolor se estremeciera.

-Imperio...-
El imperialista empezó a sacar sus colmillos, a punto de morderlo como su presa. Lo que lo detuvo fue escuchar una linda melodía.
__________________________________

Cuando fue tirado al piso trato salir de ahí, pero fue agarrado, al ver las manos verdes pudo saber que se trataba de Imperio, este se acerco a su cuerpo, entre su cuello y hombro, empezando a respirar profundamente. Se sintió en peligro, por lo que tuvo que sacar su arma secreta.

-Ay mí amor, corona querida~-
Al ser escuchado de a poco fue liberado, solo para ser dado vuelta, encontrándose con una forma medio bestia del brasileño. Con sus extremidades ya libres, acaricio la cara del imperialista.

-Tranquilo~-
Fue como ver a un pequeño animal cuando se acurruco en su pecho, abrazandolo.

-Meu sol, eu senti sua falta- (Mí sol, te extrañe)
Empezó a acariciar su cabeza con delicadeza.

-Siempre voy a estar para vos-
Imperio se alejó del argentino, sentandose, y agarrando al bicolor para que se sentará arriba de el.

-Eu te amo~-

-Yo también~-
Un beso algo brusco se hizo presente, mientras el brazuca se aferraba cada vez más al rioplatense.

-Te amo mí corona~-

-Yo te amo más mí Sol~-
Las palabras sonrojaron al federal.
__________________________________

Al volver a la casa, Imperio y Confederación caminaban cercanos, dándose pequeños mimos el uno al otro.

-¡Imperio!, ¡Confe!-
Uruguay salió corriendo cuando los vio por la ventana, ambos los recibieron con los brazos abiertos, formandose un lindo abrazo.

-¿Ahora si puedo decir que parecen una linda familia?-
Perú apareció por la puerta de la gran casa.

-Hmm.. não sei, o que você diz Confe?- (Hmm... No lo sé, ¿Que dices Confe?)
Volteo para ver al argentino.

-Lo dejo pero si cuida a Uruguay-

-Trato hecho-
Todos rieron en una extraña armonía, Perú se llevó al uruguayo al jardín, sabiendo que la pareja necesitaba su espacio.
__________________________________

Al entrar en la casa, Confe fue llevado como princesa a la habitación. Ahí el imperialista lo dejo en la cama subiendo arriba de él.

-Te extrañe...-

-Eu também meu sol...- (Yo también mi sol...)
Atacó su cuello mientras Confederación acariciaba su nuca.

-Mhg~ -
C.A. intentaba ahogar sus gemidos, le avergonzaba que tan solo con unos chupones y besos pudiese empezar a calentarse.

-Faz muito tempo que não fazemos nada, meu raio de sol- (Ha pasado mucho desde que hacemos algo, mi sol)
Agarró los caderas del bicolor y las acomodo de forma que sus entrepierna de tocaran. Ya en esa posición empezó a frotarse contra el cuerpo del menor de altura, mientras sus miembros se erectaba más y más.

-Ah~ -
Los gemidos ya no ayudaban y de un momento a otro empezó a sacar la ropa de la Confederación.

-¿Q-queres hacerlo ahora?~ -

-Sim~ - (Si~)
Empezó a estimular los pechos de C.A. mientras este le sacaba su ropa.

Al quedar ambos desnudos se unieron en un beso apasionado, en el cual Imperio empezó a bajar hasta sus pechos, donde empezó a succionarlos y ,al mismo tiempo, este era masturbado por el bicolor.

-Ahg~ Mhg~ Ah~ -
La escena no dejaba de subir de tono más y más.

La pasión ardiente los terminó por devorar y no pararon hasta muy tarde...

(Que cachondos)





• Déjame en paz •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora