London [Enzo Fernández]

02 - Bienvenidos a Londres

Terminé de vestir a Gian para ir a casa de los Romero, el estaba súper emocionado porque tenía muchas ganas de jugar con su tío y su primito, aunque Valentino era muy chiquito, ya jugaba con él. Me vestí yo salimos camino al súper para comprar algo de beber.

—¿Qué querés tomar cielo? –pregunté mientras caminábamos por el pasillo de las bebidas sin alcohol–.

—¡Coca-Cola! –corrio hasta donde estaban los productos Coca-Cola y agarró–.

—Bueno, solo porque te portaste bien –bese su cabeza y me reí–.

Pasamos por la góndola de las bebidas con alcohol y agarre dos packs de cerveza y un vino para regalarle a Karen. Pagamos todo y salimos camino a casa de los Romero.
Minutos después llegamos y bajamos para golpear la puerta.

—¡Hola! –una sonriente Karen salió a recibirnos–.

—Hola –sonreí la abracé–.

—¡Hola tía! –dijo súper contento abrazandola–.

—Hola campeón –ella lo abrazó–. Vamos a dentro que hace frío –con Gian en sus brazos entramos los tres a la casa–.

—Hola –se acercó Cuti con Valentino en brazos–.

—¡Hola tío! –Karen bajó a Gian y él corrió a abrazar a cuti que se agachó en el suelo dejando a Valentino tocar el suelo para abrazar a ambos–.

—Hola campeón –sonrio y lo abrazo–.

—Hola Cuti –me reí y lo saludé cuando se separó de Gian–.

Saludé a los demás que estaban ahí, amigos de Cuti del Tottenham que ya conocía. Al parecer el nuevo no había llegado todavía. Mientras Gian se entretenía jugando con Valentino, Karen y yo poníamos las bebidas en la heladera y el freezer. Cuti estaba haciendo un asado en el fondo de la casa como siempre.

Como media hora después alguien golpea la puerta y Cuti va a recibir mientras todos estamos en el corredor tomando y charlando.

—Pasá boludo, no te haga el tímido –se rio Cuti caminando frente a alguien–.

Escuché una risa detrás de él hasta que le pude poner una cara a esas risa. Un hombre joven, con un conjunto deportivo negro, zapatillas Nike, que en brazos tenía una pequeña niña de cabello largo y castaño oscuro, parecía tener unos tres años, tenía un jean, zapatillas negras también de Nike kids y un sweater rosa claro con perlitas, estaba peinadita con una diadema de perlitas que combinaban perfecto con el sweater y un chupete en la boca.

Cuti empezó a presentarlo primero a los otros jugadores y sus novias y después se acercó a nosotros. Pero cuando iba a hablar escuché a Gian gritar mientras venía corriendo.

—Gian ¿Qué pasó? –me agaché a su altura y lo tome de los hombros para ver si se había lastimado–. ¿Te lastimaste? –pregunté preocupada–.

—No mami –me miro y sonrió–. Es él –señalo al hombre que había llegado recién, casi susurrando como si fuera un secreto–.

—¿Él es quién? –miré al hombre que también nos miraba extrañado, y después a Gian–.

—El argentino nuevo –sonrio y se acercó al hombre que lo miraba sonriendo–. Hola –dijo tímido saludando con su mano, pero se puso a saltar de la emoción y volvió a correr hacia mi riéndose escondiéndose tras de mi pierna–.

—¿Sabés quién es Gian? –preguntó Cuti sonriendo–

—Si –asintió tímidamente abrazando mi pierna-. Enzo Fernández -sonrio mordiendo su dedito, siempre hacia eso cuando algo lo emocionaba mucho o estaba nervioso-