01 - Día tranqui

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Hoy era un día tranqui en la oficina, tenía unos rediseños que autorizar y firmar pero me iba a tomar mi tiempo. Me preparé mi mate y me puse a mirar los planos impresos que tenía. Unos minutos después la puerta se abrió.

Excuse me miss, someone came to see you [Disculpe jefa, alguien vino a verla] –mi secretaria asomó si cabeza abriendo la puerta–. Mrs. Karen asked to see you [La señora Karen pidió verla]

–me reí–. It's alright, let her in [Está bien, que pase]

Karen Romero, una de mis amigas más cercanas desde hace poco más de un año, esposa de Cristian "Cuti" Romero. Nos conocimos cuando llegaron a Londres en 2021, yo les ayudé a encontrar la casa en dónde están viviendo ahora cuando a Cuti lo compraron del Tottenham. Con el paso de los días nos hicimos buenos amigos los tres, somos muy cercanos, podría decir que son los únicos verdaderos amigos que tengo.

Entró a mi oficina con una sonrisa y cerró la puerta detrás de ella.

—Holis –se rio y se sentó en el sofá frente a mi escritorio–.

—Hola –sonreí y la miré–. ¿Y vos qué onda? –me reí–. Venís a verme sin avisar.

—Bueno ¿Ahora no puedo venir a ver a mi amiga che? –se rio cruzandose de brazos–.

—Si obvio –me rei y tome un mate–. Hace mucho no venías ya –le invité un mate–. ¿Querés?

—Si obvio –agarró el mate–. Igual si vine por algo –me miró sonriendo y tomando un mate–.

—¿Qué pasó? –me reí y me levanté para sentarme a su lado en el otro sofá y así poder charlar tranquilas–.

—Mañana vamos a hacer una pequeña, muy pequeña, reunión en casa –me pasó el mate y me miró–. Un amigo de la selección de Cris llegó hace unos días a Londres así que vamos a darle la bienvenida en casa.

—Okay –me reí y cebe un mate para mí–. ¿A qué hora?

—¿Tipo 19hs vas a poder? –se rió–. Porque mucho más tarde hace mucho frío –sonrio–.

—Si, a esa hora puedo –sonrei y cebe un mate para ella–.

Nos quedamos un rato hablando de otras cosas, poniéndonos al día y chismeando un poco hasta que tuvo que irse. Yo seguí trabajando hasta que era hora de salir e ir a buscar a mi pequeño campeón de la escuela, ya eran las 3 de la tarde.

Guarde mis cosas en mi bolso, mi equipo de mate y cerré mi oficina. Me despedí de mis compañeros y mi secre que se quedaba hasta las 5, y salí.
El camino desde la oficina hasta la escuela era corto en realidad, unos 20 minutos en auto, 30 si había mucho movimiento.

Llegué a la escuela cuando Gian estaba saliendo con sus amiguitos. Mi pequeño Gianlucca tiene 6 años, está en primer grado y es mi vida, es el amor de mi vida, mi luz y haría todo por él.

—¡Mami! –gritó al verme y vino corriendo–.

—¡Hola campeón! –me agaché para estar a su altura y lo abracé–. ¿Cómo te fue hoy? –pregunté dándole un beso en la frente–.

—Súper –sonrio sacándose la mochila para darmela y tomar mi mano para caminar hacia el auto–.

—¿Aprendiste mucho entonces? –me incorporé y empezamos a caminar hacia el auto–.

—Si –asintió contento y sonriendo–.

—¿Y tenés tarea? –llegamos al auto y le abrí la puerta de atrás para que suba y se ponga el cinturón–.

—Si, mucha –hizo puchero–.

—Después te voy a ayudar entonces ¿Si? –bese su mejilla y dejé su mochila a su lado–.

London [Enzo Fernández]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora