11 - Punto y aparte

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Enzo firmó los papeles de la casa apenas los tuve listos, unos días después. Era oficialmente propietario de la casa. Estaba muy entusiasmado por la mudanza, y por vivir con su hija en su casa propia.

Una semana después de que Enzo firmara los papeles, decidí ir a visitarlo y darle un pastel de manzana hecho por Nanny, para darles la bienvenida a su nueva casa. Tuve que ir en taxi porque el auto estaba en el taller.

Al llegar, toque el timbre del portón grande de la entrada y unos segundos después este se abrió, supuse que me había visto por la cámara. Caminé a la puerta y la golpee, unos segundos después la puerta se abrió, pero para mí sorpresa, no era Enzo.

—Buenos días –sonrio una mujer, joven, cabello largo y liso, de mi estatura, y con sonrisa perfecta–. ¿Te puedo ayudar en algo?

—Buen día –sonreí con amabilidad–. Vine a dejarle esto a Enzo, como bienvenida a su nueva casa –mostré el taper dónde tenía la tarta–.

—Ah si, ahora le llamo –entró un poco a la casa–. ¡Amor! ¿Podés venir?

¿Amor? Estoy confundida...

—¿Qué pasa?... –Enzo se acercó a la puerta y me vio, su cara cambio por completo, estaba sorprendido y parecía algo incómodo–. Maggie –susurro y sonrió–.

—¿Ella es la que te ayudó a elegir la casa? –sonrió ella mirándome, no parecía una sonrisa falsa–. Es un placer, Enzo y Oli no paran de hablar de vos, ya me estaba poniendo celosa –se rio y me pasó su mano–. Soy Valentina, la mamá de Oli

—Un placer –le pasé la mano para saludarla–. Soy Maggie, la inmobiliaria –me reí sin mucha gracia y miré a Enzo–. Te traje esto, te mando Nanny para felicitarte por tu nueva casa –lo mire–.

—Uh que rico, no hacía falta –sonrio agarrando la tarta–. Decile que le agradezco mucho

—Se ve re rico –sonrio Valentina–. Amor, ¿por qué no la invitas a pasar y tomamos un mate? –lo miró acariciando su pecho, ¿estaba marcando territorio?–. ¿Querés? –me miró a mi–.

—No hace falta, yo tengo que ir a buscar a Gian de la escuela de fútbol, solo vine a dejar eso –dije más seria de lo que pensé que saldría–.

Me sentía celosa, me sentía decepcionada de mi misma por haberme ilusionado al pedo. Enzo empezaba a gustarme, y todo me parecía indicar que yo le gustaba a él, paro al parecer fue solo mi imaginación. Él volvió con su ex, la mamá de Oli, y lo entiendo, me pone mal, pero lo entiendo.

—Yo te llevo –me miró sonriendo–. Tengo que ir a entrenar, así que te puedo llevar

—No hace falta Enzo, en serio, no te hagas drama –mi expresión sería no podía cambiar, no podía disimular lo incomoda que me sentía–.

¿Por qué no me había dicho que iba a volver con ella? Se supone que somos amigos, ¿no?. Podía haberme dicho así estaba preparada para verla.

—Dale vamos, no seas terca –le dió la tarta a Valen y ella le pasó su bolso–. Nos vemos después –le dió un beso a Valentina haciéndome sentir todavía más estúpida–.

—Cuidate gordo –sonrió ella mientras el iba al garage a buscar el auto–. Otro día podemos organizar un almuerzo, me encantaría conocer a Gian –me miró–. Olivia no para de hablar de él –se rió–.

—Si –sonreí un poco incomoda y fuera de lugar–. Voy a hablar con Gian

Enzo sacó el auto y tocó bocina para que me subiera. Me despedí de Valentina, ella me abrazó como si nos conociéramos de toda la vida. No sabía si ella era amable genuinamente o si era todo mentira, no podía descifrarlo.
Me subí al auto sin mirar a Enzo, me sentía incomoda, y celosa, y mi cara de culo era evidente. 

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⏰ Última actualización: Jul 19 ⏰

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London [Enzo Fernández]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora