10 - Manzanos

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Cuando llegamos a la casa de Nanny bajamos y los chicos salieron corriendo a nuestro encuentro.

—¡Mami! -salio corriendo mi príncipe-.

—¡Hola amor de mamá! -lo abracé fuerte-. Te extrañé tanto -lo llené de besos, levantándome del suelo con Gian en brazos-.

—¡Papi! -Oli también salió corriendo al encuentro con su papá-.

—¡Mi princesa! -también se agachó para abrazarla y levantarla del suelo-.

—Bienvenidos -sonrió Nanny-.

—Hola abu -baje a Gian y la abracé-.

—Mi niña -me abrazo y cuando nos separamos se acercó para abrazar a Enzo-. Vengan, pasen

Entramos a la casa de Nanny, era una típica casita de piedra que está a las afueras de Londres, en los pueblos rurales más pequeños y tranquilos.

—Trajimos helado señora Jones -dijo Enzo entrando a la casa y bajando a Oli-.

—Decime Nanny o abu -se rió y agarró la bolsa para guardar el helado-.

—Bueno -sonrio mirando la casa-. ¿Esta sos vos? -me preguntó agarrando una foto que estaba sobre la chimenea-.

—Si -me reí acercándome-. Tenía... ¿Cuántos años tenía en esa foto abu? -la mire-.

–miró la foto-. Tenías 6 años -sonrio-.

—Que linda -susurro Enzo mirando la foto-. Seguís teniendo esa linda sonrisa -me miró a los ojos y dejó la foto en el lugar-.

—Gracias -me reí mordiéndome el labio algo sonrojada-.

—Mami -Gian se acercó, tomado de la mano de Oli-. Los manzanos tienen flores, ¿podemos ir a ver? -los dos hicieron ojitos y puchero-.

–me reí y miré a Enzo-. Nanny tiene seis manzanos, y tienen flores muy lindas, ¿querés ir a verlas?

–miro a Oli que sonrió haciendo ojitos y él se rió-. Bueno dale

—Ya hay algunas manzanas -se acercó Nanny con una canasta para Oli y Gian-.

Los dos festejaron y salieron corriendo, Gian sabía perfecto donde estaban los árboles.

—Nunca ví una plata de manzana -dijo mientras salimos de la casa para ir a los manzanos-.

—¿En serio? -lo mire sorprendida-. Cuando tenía la edad de Oli fue la primera vez que ví una plata de manzanas -me reí-. Y que coseché mi primer manzana

—Es la primera vez para Oli también -sonrio-. Se va a poner feliz

Llegamos al jardín trasero, dónde estaba la huerta de la abuela, no solo tenía manzanas, tenía muchas verduras y hortalizas, frutillas, árboles de pera que estaban creciendo. Pero los manzanos eran los más grandes y hermosos arnés del huerto.

—Siempre quise que plante cerezas -me reí y ví que tenía unos germinadores que decían "cerezas"-.

—Mami, mi manzano tiene dos manzanas -vino corriendo todo emocionado, jalandome el pantalón para que lo siga-.

—¿En serio? -sonrei-. Vamos a ver cielo

Fuimos los cuatro hasta los manzanos, Oli se trepó a los hombros de su papá, estaba súper asombrada por las flores de manzana y las manzanas.

—¿Te gustan las flores Oli? -tomé a Gian en mis brazos, como caballito-.

—Si -sonrio asintiendo y tocando las con su dedito-.

London [Enzo Fernández]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora