Capitulo 4. Intento frustrado

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Enid

Cómo pude ser capaz de decirlo enfrente de Wednesday, si algún día se entera de que.
..No, eso jamás, solo había sido un simple sueño sin significado, tengo que ir a buscarla y explicarle todo lo que...

-Enid, te estaba buscando. El chico gárgola en la puerta de mi dormitorio? Será que me invite al baile Raven. Sería grandioso.
-Hola, justo iba saliendo. -Queria inviarte al baile Raven, si te gustaría ir conmigo?
Ajax me lo está pidiendo, creo que no es tan estupido después de todas las indirectas que le di desde el año pasado. -Si, si quiero ir contigo. Mi alegría está por los cielos, el chico que me gusta me acaba de invitar.

Ajax tomo de la mano a la rubia llevándola hasta el patio, sentados debajo de un árbol, puso su mano en la mejilla de la rubia quien trajo saliva, acercó sus labios y la beso. La rubia le respondió el beso, sabía que ya no quedaría sola, ya no tendría que avergonzarse por su enlobación, ya lo había solucionado, o eso creía hasta que se dio cuenta que no sentia nada por el chico, ningún sentimiento encontrado, le pareció extraño, si le gustaba como era posible que sucediera eso.

Será que me atrae alguien sin yo misma saberlo, a lo mejor si intento estar en una relación con Ajax el chico que me gusta o eso creía, pueda surgir algo por el.

La rubia y Ajax se separaron del beso apasionado, o solo de parte de el chico, por la respiración faltante entre cada uno. La rubia ladeó la cabeza, pudo observar a la pelinegra quién hacia lo mismo, apenada se escondió detrás de la gárgola. Ajax sintiendo un abrazo de la rubia, se sentía fascinante por creer que le había encantado y enamorado el beso perfecto de su ser.

La gárgola le había pedido que fuera su novia a lo que la rubia acepto, por un intento frustrado de que fueran el uno para el otro. Por otro lado la rubia se sentía triste, no quería lastimar a la gárgola diciendo la verdad sobre lo sucedido. Cuando ya era de noche la rubia se encontraba en los pasillos directo a su dormitorio, la pelinegra estaba bañándose, la rubia triste y decepcionada se dejó caer sobre su cama, no podría dormir con la duda de quién sería su otra Luna y porque está no saldría a su rescate.

-Veo que llegaste. La pelinegra está sentada en su cama.

Veo que Wednesday puede ser tan silenciosa, como es posible que haya burlado mi odio agudo, sin duda pienso que es increíble, si tan solo pudiera decírselo sin parecerme tan cursi y ocasionar otro malentendido de la mañana.

A la mañana siguiente la rubia despertó primero que la pelinegra quién seguí dormida de espaldas contra el lado de la rubia. Se le ocurrió salir un poco a tomar el aire y concentrarse en su enlobación. Agotada y sudada por horas, se olvidó de las clases, no había puesto atención al tiempo. Se dio una ducha, se puso una falda roja, una playera colorida con un suéter felpado. La pelinegra entraba hasta quedarse observando a su compañera.

La pelinegra sentía que estaba en un sueño, era un sueño para ella, su cabello rubio brillar, su falda que llevaba le hace ver coqueta, su playera dejando al descubierto su abdomen, marcado, su suéter que odiaba, en ese instante le encantaba como le quedaba a la rubia, sus labios rojizos y carnosos, su mirada se clavo a los ojos azules claros como el cielo, regresando a la normalidad de darse cuenta de que se observaban una a la otra.
-Odio lo colorido. Dijo la pelinegra para engañar a la rubia que era demasiado sexi. La pelinegra no sabía porqué se sentía excitada y menos que le palpitara y no el corazón.

La rubia por su parte no sabía lo que había sucedido, era nuevo para ella, acaso se está volviendo gentil, pensaba en si misma la rubia.

La mañana siguiente la pelinegra quién despertaba como siempre primero, no se encontraba la rubia, se había despertado más de lo normal, eso era nuevo, pero sin importarle, se lavaba los dientes sin dejar de pensar en la noche anterior, la sensación de ver a la rubia con ese atuendo, lo hermosa que se veía y que fue la razón por la que no pudo dormir bien. La pelinegra creía que era un transtorno psicológico. Yo jamás me enamoraría de alguien y mucho menos de una chica, en especial cuando me irrita su vibra colorida, de todos modos la sigo odiando. Se decía a si misma. Sabía que mantendría el control.

Ambas chicas mantenían esa duda, una parte de cada una sabía cuál era el significado, la pelinegra estaba tan concentrada en su orgullo y mantener el estándar y popularidad en Nevermore. Chica fría, aterradora, asesina, pero era lo que le agradaba. Mientras que la rubia seguía confundida en encontrar quien era su luna, que ni ella misma se percabata que era la única chica que tendría enfrente y estuviera igual de enamorada de ella.

Las 2 habían pasado horas sin verse, cuando era noche, las 2 se encontraban en su cuarto, la rubia había llegado horas antes y tenía ganas de ver a la pelinegra, abrazarla, besarla. La pelinegra llegó horas después, al entrar, vio como la rubia estaba dormida, con su pijama, le parecía bastante atractiva, tomo su pijama de su clóset y fue al baño cuando noto que la rubia hacia ruidos raro, creyó que estaba soñando, cuando se cambió, está vez observaba cómo la rubia chillaba más fuerte, se movía de un lado al otro de la cama. Se acercó sin despertarla y se sentó a un lado de ella. Acercó su mano a su espalda tratando de calmarla dando masajes. Se alejo instantáneamente al notar un escalofrío en todo el cuerpo y un dolor en el pecho, estaba empezando a sospechar cuál era la razón por la que sentia lo mismo cada vez que estaba cerca de la rubia. Acostada en su cama, la puerta abrió, era thing, había regresado de estar toda la tarde con Yoko probando esmaltes y siendo de gran ayuda con un manicure, se veía excelente, radiante e incluso caminaba con más seguridad en el dormitorio.

-Mañana necesito que vayas a la biblioteca y consigas información sobre algo. Thing hizo señas, no era de mucha ayuda si no le explicaba más a fondo. La pelinegra no quiso hablar al respecto esa noche, se recostó con las manos cruzadas en x, para ella era esencial dormir en un sarcófago o simularlo mientras estaba fuera de su casa y sin la oportunidad de estar en uno. Era temporal, la pelinegra tenía intenciones de irse de Nevermore una vez que confirmara lo que sospechaba, incluso aunque le doliera dejar a la rubia sola, quién se había encariñado de ella en tan poco tiempo.

La rubia despertó alterada, había tenido deseos inusuales, sabía que está en su temporada de celo y le asustaba, era su primera vez y no tenía como solucionarlo. Se baño y se vistió rápidamente, fue al cuarto de Yoko, quién iba saliendo, la abrazo y se soltó a llorar. Yoko hizo una mueca, sabía porque lloraba la rubia, la alejo para poder platicar, ambas se sentaron en la cama, Yoko tomo un pañuelo y le limpio las lágrimas, puso su mano en el hombro de la rubia.

-No debo preguntar, estás en tu temporada?
La rubia alzó la mirada, no sabía cómo lo había deducido, si a nadie le había contado. Yoko soltó una risa, ladeó su cabeza.
-No es un misterio Enid, hasta acá puedo percibir tu olor a loba necesitada, por no decir otras palabras. La rubia se sintió avergonzada.
-Enid, tranquila, no lo dije por mala onda, es solo que me impresiona que sea tu primera vez. Por segunda vez la rubia se sorprendió de que también lo supiera. -Cómo sabes tanto, acaso me espías? Se que somos amigas pero no he contado acerca de ello. Yoko ladeó su cabeza riendo de lado. -Qué otra razón habría, si es que estás aquí conmigo? Es obvio que necesitas un consejo y lo más pronto posible por lo que veo. La rubia se calmo, se limpio las lágrimas con su suéter.

-Es que no se que hacer, digo, Ajax me gusta o eso creo. -Cómo que crees? Acaso no ya son novios y todo eso. Yoko se quitó sus lentes, sabía de que se trataba. -Si, pero cuando nos besamos, no hubo conexión, no sentí nada, me frustre por quedarme sola y creo que eso hizo que no sintiera algo por el, ya pasó tiempo y sigue estando igual, estoy en mi enlobación y tengo deseos de...

Yoko la interrumpió, no quería saber sobre detalles, ya tenía suficiente con sus pensamientos salvajes con Bianca.
-Es Wednesday verdad? La que te gusta. La rubia se sonrojo, desvió la mirada. -Creo que hay que ir a clases antes de que sea más tarde. Yoko la tomo de la mano, la sentó en su cama, levanto un ojo hacia la rubia, ella sabía que significaba. -Es mi roomie, como podría enamorarme de ella, además, ella anda saliendo con Tyler. -Entonces no lo niegas. Dijo Yoko soltando una risa pícara de victoriosa. -No, claro que no, solo quería informarte para que no andes con tus ideas todas crazy, a mí me gusta Ajax y creo que me tengo que ir a clases, deberías hacer tu también. La rubia salió lo más rápido posible, coloco su mano en el pecho, tenía su corazón a mil, temia de que fuera real su atracción hacia la pelinegra.

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