Where Blue Meets Green (rewritten version)

I'll take you on a date (pt. II)

–¿Listo, Louis? No vayas a olvidar tu mochila esta vez.– Jay gritó desde el marco de la puerta.

–Listo, ma.– un Louis de 11 años bajó las escaleras corriendo.

Madre e hijo subieron al auto, dirigiéndose a la escuela. Era el último día de clases, lo cual emocionaba y entristecía a Louis. Su mamá había aceptado un trabajo en otro estado, lo que significaba que tenían que mudarse.

Louis no quería mudarse, bastante le había costado hacerse de nuevos amigos al llegar aquí cuando tenía 6 años. Sabía que el nuevo trabajo era una buena oportunidad para su madre, pero tener que irse le dolía. No quería tener que extrañar a sus amigos, ¿y si se olvidaban de él?

Louis no quería jugar fútbol con alguien que no fuera Liam; no quería comer a escondidas en clase con alguien que no fuera Niall, no quería prestarle sus cómics a otro que no fuera Zayn, no quería... Louis no quería tener que irse y dejar a Harry.

Harry.

Louis iba a extrañar mucho a Harry.

Desde que se conocieron, Louis había sentido un apego especial hacia el rizado. El ojiazul quería mucho a todos sus amigos, pero Harry era... especial. Louis estaba seguro que era porque era el menor del grupo y el castaño era el mayor, era su deber cuidarlo y preocuparse por él.

Si, solo era eso.

Los cinco siempre habían sido muy cercanos, tenían pijamadas a menudo y siempre jugaban juntos después de clases; pero con el tiempo, cada uno comenzó a descubrir sus propios intereses: Niall parecía haberse dado cuenta de que era bueno jugando golf, Liam había descubierto que los perros eran los mejores animales en el mundo entero, Zayn había comenzado a tomar clases de arte y Harry seguía siendo el bebé del grupo.

Después de revelarle a sus amigos su aprecio por las princesas, el rizado comenzó a ser un poco más abierto con ellos respecto a sus gustos. Los chicos lo respetaron, incluso alentaban al pequeño a vestir como quería: suéteres coloridos y suaves, y de vez en cuando, broches en sus rizos.

Durante su primera semana de clases cuando empezaron la primaria, Louis fue suspendido por tres días después de pegarle a un niño y vaciar sus cosas en un charco en las canchas.

Su mamá lo había regañado y la televisión estaba castigada hasta nuevo aviso, pero al menos había dejado en claro que la siguiente persona que se burlara de la manera en la que Harry se peinaba, lo lamentaría.

Cuando le dijo a los chicos que iba a mudarse, todos pusieron una cara triste; Liam y Zayn le dieron palmadas en la espalda, Niall le dijo que todo estaría bien, y Harry se había tirado a sus brazos a llorar. Al resto del grupo le tomó unos días lograr que el ojiverde no llorara cada vez que veía a Louis y recordaba que se iba a mudar.

Louis les prometió que seguirían en contacto, los chicos sabían lo difícil que sería para Louis acostumbrarse a no verlos todos los días, pero se prometieron hablar los fines de semana y visitarse en vacaciones. Esto, sin embargo, no aliviaba el corazón de nadie.

******

Louis se despidió de su madre con la mano cuando bajó del auto para entrar a la escuela, cruzando el pasillo cuando se encontró con Niall y Liam.

–Hey, Lou.– saludó el irlandés.

–Hola, chicos.– Louis chocó el puño con sus compañeros.

El grupo siguió caminando, topándose con Zayn hablando con Harry al final del pasillo. La mirada del menor viajaba del piso a los ojos del pelinegro y viceversa. Louis no sabía de qué estaban hablando, pero su tema de conversación estaba haciendo que el rizado pusiera una mueca en su rostro.