Género: G, fluff.
Tema: Primer beso.
Notas: Este fue mi regalo de cumpleaños para Layla_Redfox ♥ Fue ayer, pero no tenía las cosas listas para subirlo acá y por eso apenas lo publico hoy, je. Este drabble viene de una escena que descarté de A veces son tres tercios, pero que decidí escribirla aparte de todos modos porque no quería que se perdiera por mi cambio de planes (y, por supuesto, le he cambiado el contexto para que sea netamente BajiFuyu).
Llegar de sorpresa al piso de los Matsuno es una recurrencia para él, pero hoy es ligeramente distinto. Es la primera vez que pasa a su habitación siendo novios, título que apenas lleva poco más de medio día de vigencia.
Fue tan repentino que ni siquiera les dio chance de más que abrazarse antes de que su madre los irrumpiera a gritos porque Baji había olvidado descongelar lo que iba a cocinar esa noche. Siguieron hablando por mensaje luego de que se calmaran las aguas, mas sabe que la frustración no es solo suya.
Por eso, ha bajado en cuanto se presenta la oportunidad. Olvida preguntarle a Chifuyu si está en casa, pero es una duda que aclara al instante porque se encuentra a su mamá en la puerta, y es así como entra sin que el otro se entere. Solo por las ganas de ver qué tanto se alegra por su aparición sin aviso, se dirige hacia su cuarto de puntillas.
Su camino frena de golpe en cuanto halla a Chifuyu, a diferencia del galope libre en su pecho. Cualquier ángulo del rubio es bueno, pero hay algo especial en la forma en la que el viento que entra por la ventana mueve su cabello como si flotara ligeramente. Está sentado allí, en ese diminuto balcón, inadvertido de su presencia. Es más lo que ve de su espalda, aun así, divisa una suave sonrisa en la comisura de sus labios.
Ah, a ellos es que quería llegar. Dentro de lo que sabe de romance, besarse después de una confesión exitosa es lo común. Le resulta catastrófico no haberlo logrado ayer, sobre todo con lo aficionado a esos temas que es su novio. Se durmió más tarde de lo normal por tratar de dar con una manera de compensarlo, incluso.
Había concluido que lo tomaría por la cintura, lo miraría a los ojos con una sonrisa, le repetiría las palabras que tanto había querido decirle y, cuando Chifuyu estuviera derritiéndose de lo roja que se pondría su cara, lo remataría con una mano que subiría hasta su nuca para inclinarse a besarlo. Qué irónico es que ahora sea él quien se siente volverse gelatina ante la belleza que lo ha recibido. A lo mejor es karma por el plan de ataque tan directo a sus puntos débiles que había armado.
Respira hondo con cuidado de aún no hacer ruido. Ha venido decidido a besarlo y no va a desistir, aun si su rival es el propio Chifuyu —sin que lo sepa, ¡pero es injusto que sea tan lindo sin intentarlo!—.
Se fuerza a acercarse, todavía con sigilo. Debe retener la risilla que burbujea en su interior al imaginarse como un gran felino al acecho. La habitación no es muy grande, así que en muy pocos pasos ya está a solo un metro de él. Como no está del todo de espaldas, no sabe si culpar a la visión periférica o a la intensidad de su mirada de que, antes de alcanzarlo, Chifuyu se gire.
—¡Baji-san! —La fuerza de voluntad que había reunido para mantener un porte estable flaquea por el combo tan resplandeciente que hacen sus ojos y gran sonrisa, esa expresión tan pura que solo le dedica a él.
Luce tan contento como había imaginado, pero subestimó el efecto que tendría. Si a Chifuyu se le comienzan a sonrosar las mejillas, Baji estima que las suyas están a unos tonos de igualar a sus ojos. ¿Y se supone que debe sobrevivir a este ataque al corazón a partir de ahora? ¿Cómo?
Nunca pensó que él sería el más afectado —o, al menos, visiblemente—, por lo que lo invade la necesidad de contraatacar. Con la mente tan nublada —o en blanco, realmente no puede diferenciarlo en este momento—, la única acción clara en sus instintos es treparse al balcón también e ir directo a los labios que se quedan sin chance de repetir su nombre en una pregunta.
A Chifuyu se le escapa ese sonido que les asignaría a los signos de exclamación si tuvieran uno por sí solos, luego se relaja y coloca las manos sobre sus hombros, casi rozando el cuello con los pulgares. Baji aún cree que podría estallar por las orejas en cualquier instante, mas no retrocede. No podría, si siente que le gustaría quedarse así para siempre con el único arrepentimiento de no verle más la cara. Ese pensamiento es el que hace que solo tome la distancia suficiente para echarle un vistazo a su rostro, ahora tan rojo como calcula que está él, antes de continuar.
—Ow. —Sin embargo, ambos acaban cubriéndose la boca luego de un choque de dientes para nada agradable. Lejos de arruinarse el momento, cuando sus miradas se conectan, ríen.
Ahora es que tendrán tiempo de sobra para aprendera evitar accidentes.
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Todo lo que compartimos [BajiFuyu]
FanfictionCompilación de one-shots BajiFuyu. Las especificaciones estarán al inicio de cada uno.