Susto conveniente

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Género: G.

Tema: Humor (BajiFuyu Week 2022, Día 7: Tema libre).

Resumen: Chifuyu se impone la meta de superar el miedo que le dan las escenas de terror mientras ve el programa favorito de Baji, ya que eso lo hará más elegible para ser su nuevo vicecapitán, ¿no?

Notas: Está inspirado en el OS "Nakama" de PaperPhamtom, ya que ambas ideas nacieron de una conversación que tuvimos y welp, decidimos hacer cada una nuestra parte JDKFSHGDKJGH. Aunque no es del todo dependiente de él, creo que le daría un sentido más completo leerlo primero(? Lo subo con atraso, pero welp, detalles.

Apagar la luz de su habitación y cerrar las cortinas para que la única iluminación fuera la del televisor no es tan buena idea como lo era en su cabeza, no si lo que ve tiene efectos cercanos a los de las películas que le quitan el sueño por días

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Apagar la luz de su habitación y cerrar las cortinas para que la única iluminación fuera la del televisor no es tan buena idea como lo era en su cabeza, no si lo que ve tiene efectos cercanos a los de las películas que le quitan el sueño por días.

Luego de conversar con Mitarai, el compañero nerd de Baji, descubrió el punto que tienen en común, más allá que solo la apariencia en la escuela: los martes de Teatro de Suspenso. A pesar de que el género principal del programa —que resulta ser el favorito de Baji, ¡nada más y nada menos!— sea el del título, también hay episodios más enfocados en el terror, como el que le ha tocado ver la semana pasada. Llegó a gritar... varias veces.

Hoy es su segundo intento. Si desea convertirse el hombre al que puedan llamar el brazo derecho de Baji, ¡ninguna actuación ni efecto especial debería asustarle! Lo aceptaría si estuviera viendo un filme en el cine, con su pantalla grande y el sonido envolvente, ¡no en su propia habitación con un simple televisor pequeño! Si llegase a notar que le da miedo la ficción, podría pensar que una gran pelea real lo hará ensuciarse los pantalones. ¡¡Alguien así jamás sería elegido vicecapitán!!

Por eso, ver su programa favorito es, además de un intento por sumar cosas de las que hablar con él, entrenamiento. Dos horas semanales de suspenso a las nueve de la noche sería toda la rutina. Estima que, en un par de semanas, ya tendrá la experiencia suficiente para mencionárselo; entonces, quién sabe, tal vez se reúnan cada martes para disfrutarlo juntos, discutir sus teorías en los cortes comerciales y festejar a quien haya dado con el culpable del día al final del episodio. Para todo esto, debe dejar de respingar tan fuerte con cada escena de terror, si es que no grita.

En esta ocasión, prepara palomitas justo antes de la emisión. Calcula el tiempo del microondas de modo que le sobre lo suficiente para ponerse cómodo después de servirse su parte en un bol y entregarle lo sobrante a su madre, que le había pedido un poco. Menos de un minuto luego de estar listo, comienza el programa.

No le va nada mal durante el primer corte; la introducción ha sido más relajada que la de la semana anterior y ya tiene un par de pistas sobre el autor del crimen. Al regreso de la pausa comercial, inician los problemas. Una secuencia sangrienta hace escapar su primer grito, mismo que intenta silenciar con sus manos. Unos minutos luego, casi se ahoga con las palomitas a medio masticar por la aparición repentina de un rostro tenebroso. Por suerte, eso marca el principio de otro espacio publicitario, así que aprovecha esos minutos para ir a tomar agua en la cocina.

En la tercera ronda, el suspenso lo tiene casi sin pestañear. La posible siguiente víctima camina muy tranquila por el desconocimiento del peligro que la acecha en las sombras a sus espaldas. Chifuyu solo se prepara para que, en cualquier instante, salten hacia ella. Incluso la música le está avisando que se acerca uno de esos momentos. Mentalizarse es parte de lo que evita sobresaltos vergonzosos, ¿no? Considera que está mejorando. ¡No caerá esta vez!

La silueta oscura del villano se aproxima a la persona en primer plano; contiene la respiración como si él fuera a recibir el ataque. Aquí viene.

Ocurre en dos segundos, pero los siente como un minuto entero. Algo empuja su espalda justo cuando la víctima se da cuenta —demasiado tarde ya— de su cruel destino. Un grito más agudo que el audible del televisor escapa de su garganta. Se siente enloquecido, ¡las series no cuentan con efectos tangibles y ahí está él, saltando de la cama con el corazón desbocado porque acaba de sentir un golpe también!

—¡¿Qué anda ahí?! —exclama como si tuviera la valentía de encarar a un espíritu, aun si, hasta donde él sepa, su apartamento no está embrujado.

—Miau. —Escucha a su lado, lo que lo lleva a bajar la mirada al suelo.

—¿Ex-... —carraspea. Aún no se acostumbra— Peke J? ¿No estabas afuera...?

Espera. ¿Fue su gato lo que le brincó encima? Ahora que lo piensa, pudo haber entrado a su habitación cuando salió a beber agua. Eso tendría mucho más sentido que un oportuno fantasma que justo quisiera manifestarse mientras mira un programa de misterio.

¡Tú! —Lo señala, ahora rojo de vergüenza, a pesar de que no haya testigos... aunque su madre debe estar conteniéndose para reprenderlo por quizás molestar a los vecinos—. ¡Pequeño bastardo...!

A su furia la interrumpe un par de toques a su puerta. Oh, no, ha invocado a su madre, ¿cierto?

—¡Chifuyuu! —Sin embargo, no le da chance de siquiera mover un pie hacia allá cuando abren por él. Lo que escucha y ve detiene sus latidos por una fracción de segundo otra vez, solo que ahora no es por el miedo—. ¡Lo sabía! ¡¿También te gustan los Martes de Suspenso?!

—B-Baji-san... —¿Ha tartamudeado? Demonios. Si bien esperaba verlo risueño, en lugar de burla, hay emoción en su rostro—. ¿Por qué...?

—Desde la semana pasada estoy escuchando tus gritos, pero no estaba seguro de que fueras tú. ¡No me equivocaba! —Ignora el rojo vivo que debe estar encendiendo su cara entera, tal vez porque la iluminación tenue juega a su favor, y toma asiento a la orilla de su cama como si fuera su propia habitación—. ¡Veámoslo juntos! ¿Ya tienes sospechosos?

Da dos golpes con la palma al colchón, ¿en serio lo invita cuando él es el visitante? De todos modos, sacude el shock de su sistema y asiente. Así de genial es que es capaz de liderar incluso donde no se supone que mande.

—Por cierto, ¿por qué el suelo está hecho mierda? —pregunta unos momentos después de que se sentara a su lado.

—¿Ah? —Chifuyu inspecciona el suelo y, oh, mierda. Del susto, no se dio cuenta de que el bol con las palomitas había salido volando junto al poco contenido que le quedaba—. Ah, esto, es... una divertida historia...

Al terminar de relatarle lo recién ocurrido, es la primera vez que lo escucha reír tan fuerte. Es a costa suya, al igual que en cada escena hecha para asustar a blandengues al terror como él por el resto del programa, pero siente que vale la pena, aun si le arden las orejas sin falta.

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