Todo lo que compartimos [BajiFuyu]

La historia oculta entre sus fotos

Género: G, angst.

Tema: Duelo, memorias.

Resumen: La madre de Baji le pide a Chifuyu recolectar todas las fotos que pudiera de su hijo en un álbum. En medio de la tarea repleta de recuerdos, puede que haya descubierto algo que debió permanecer oculto.

Notas: Aunque el spin-off ya me subió la moral (siento mucho venir con algo así cuando deberíamos celebrar), este fic es una idea que he guardado desde el año pasado y que finalmente he escrito porque este ha sido un mes bastante kk y necesitaba soltar cosas, así que si de pronto se siente disperso, tiene algo que ver con eso.

A mediados de noviembre, las heridas del duro octubre han sanado o, al menos, las que habían coloreado su cuerpo de tonos que no debían lucir en su piel. Las que realmente dolían hasta llorar en noches de insomnio persisten sin dar señales de aminorarse pronto.

Cuando tocan a su puerta, aún tiene la tonta esperanza de que lo saluden esos colmillos prominentes que solían sonreírle. Hoy es una de esas veces y, aunque sí que hay cabello negro enmarcando un rostro similar, no hay una sonrisa que exhiba dientes tan puntiagudos. Intenta que no sea tan evidente que su corazón se hunde; de cierto modo, le da vergüenza mostrarse tan afligido ante la persona que debe estar llevándose la peor parte. Aún le cuesta verla.

—Chifuyu, espero que no sea inoportuno, pero quiero pedirte un favor.

—Claro —¿cómo negarse, si siente que le debe una vida entera por lo que no pudo proteger?—, ¿qué es?

—Intenté hacerlo yo misma, pero aún no soy buena con estas cosas. —De sus bolsillos, extrae un celular, un cable y un pendrive. Chifuyu abre un poco la boca al reconocer el móvil como el de Baji—. Quiero crear un álbum con todas sus fotos, ¿sabes hacerlo? —Asiente con la cabeza—. Entonces, si no te molesta, ¿puedo encargártelo?

—¿Está bien que revise su teléfono?

—Estoy segura de que estaría más a gusto contigo revisándolo que yo. —Eso casi le saca una risilla.

—De acuerdo. —Toma las tres cosas.

—Si tienes fotos suyas en tu teléfono que quieras compartirme, también puedes incluirlas.

—Tengo unas cuantas.

—Gracias. —Le sonríe suavemente sin separar los labios—. Puedes tomarte tu tiempo, no hay apuro. Solo sube cuando esté listo, ¿sí?

—Lo haré hoy mismo, de todos modos.

La tarea que le ha dejado, técnicamente, es bastante sencilla. Solo es conectar el celular a la computadora y copiar las fotos donde aparezca Baji al pendrive, algo que no debería robarle más que el tiempo que le tome seleccionarlas —o filtrarlas, si es que hay contenido que crea que no le gustaría que viera su madre—; pero sus sentimientos le están entorpeciendo los pasos.