Ficción vívida

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Género: G.

Tema: Actors!AU.

Sinopsis: Actuar que el personaje de Baji dé su último aliento en sus brazos provoca que Chifuyu haga más que solo interpretar su papel.

Notas: ¡Ahora sí! Este fue el primero que escribí hace mes y medio. Fue algo bastante rápido y ahora tengo una contraparte en mente, así que indicaré cuál es cuando la escriba ;D

Aunque la calidad de su trabajo dependa en muy buena parte de cuánto se meta en la piel de los personajes que interpreta, también es fundamental ser capaz de no confundir sus emociones con las propias, por fuertes que sean a lo largo de las historias

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Aunque la calidad de su trabajo dependa en muy buena parte de cuánto se meta en la piel de los personajes que interpreta, también es fundamental ser capaz de no confundir sus emociones con las propias, por fuertes que sean a lo largo de las historias. Chifuyu no suele tener inconvenientes en ese aspecto, pero su más reciente papel está provocando que no quiera despegarse de Baji... más de lo usual.

No todos los días le toca compartir set con su novio, y es aún menos frecuente que sus personajes interactúen con un grado de cercanía elevado —a pesar de que sus primeras escenas fueran más bien conflictivas—. Lo peor de todo es que son tan parecidos a ellos que llega a pensar que alguno de los creadores se basó en ambos para escribirlos e hizo lo imposible por completar su fantasía al conseguir que los encarnaran. Mientras Baji solo lo encuentra algo bastante curioso que les permitiría improvisar fácilmente de ser necesario, para Chifuyu se está volviendo un disparador de ideas catastróficas que lo persiguen a casa.

Hoy ha sido el día más pesado de todos. Sin importar los esfuerzos del protagonista y de él —metido en su rol—, el personaje de Baji muere en sus brazos, y puede que el abrazo que le dio después le haya salido con más sentimiento del que le pidieron —ni hablar el grito de su nombre—, pero los directores acabaron felicitándolo porque eso conmovería a la audiencia. No supo cómo responder.

Por el resto de la jornada, si estaban detrás de las cámaras, apenas se alejó más de un metro de su novio, aunque evitaba ver la sangre falsa todavía cubriendo su barbilla. Solo le bastaba con quedarse ahí, justo a su lado; hablar lo obligaría a darle la cara y podía jurar que, si debía mirar ese maquillaje una vez más, él mismo iría a lavárselo.

Finalizar la grabación de ese episodio lo alivia, mas no por completo, comprueba ya en la privacidad del apartamento que comparten. Ahora que no hay montones de ojos que los atraparían, lo ha forzado —sin decirle, solo ha aprisionado su brazo izquierdo entre los suyos mientras reposa su cabeza en su hombro— a acurrucarse con él en la cama desde el instante en que terminaron de ponerse cómodos para el hogar. Sigue muy callado. Han puesto una comedia romántica a petición suya, mas no le presta verdadera atención a su intento por guiar a su mente a un lugar más claro.

—¿Te pasa algo? —Parpadea al oír la voz grave a su costado.

—¿Por qué? —Solo lo ve de reojo.

—¿No piensas comentar nada de la película? Estas son las que te gustan a ti.

—Hm, trato de no molestar.

—Pues me está molestando que no hables.

—¡¿Ah?! —Eso sí logra que levante la cabeza para verlo directamente. Respira al no identificar un enojo real en su ceño apenas fruncido.

—Quiero decir, no me molestas , me molesta que algo te esté pasando para que estés mudo. ¿Qué es?

—Ah... —Desvía la mirada. ¿Cómo va a explicarle la razón? Moriría ahora él de vergüenza—. No es nada, estaré bien mañana.

—No, creo que estás así desde... —se toma unos segundos para pensar— ¿todo hoy?

—Por eso estará bien mañana.

—Creo que tiene que ver con la serie. —Chifuyu solo libera el brazo que tenía cautivo para pasar a abrazarse a su costado y así esconder el rostro contra su pecho—. ¿Es un sí?

Ah, ese tono le dice que ha inclinado la cabeza a un lado. Le encantaría mirar, pero él no quiere ser visto.

—Creo que estoy en duelo.

¿Qué?

—Creo que estoy en duelo porque sentí demasiado real actuar que morías. —Aprieta su cuerpo con más fuerza.

—¿Pero estoy aquí?

—¡Lo sé, no me pidas sentido porque tampoco se lo encuentro! Solo... solo lo siento así y no puedo parar de pensar que no quiero que mueras, nunca. Se siente horrible perderte. —No había escogido acomodarse a su izquierda por eso, pero escucha el corazón de Baji ahí donde está. Es reconfortante.

—Ah, ¿qué cosas piensas? Sí era molesto, después de todo. —Lleva una mano a su cabello y siente cómo se lo alborota. Chifuyu solo hace un ligero puchero, aun si sigue más o menos escondido—. Es porque se parecen a nosotros, pero yo no me iré tan pronto y más vale que tú tampoco.

Eso le saca una risilla. Ya está de humor para cruzar miradas.

—No planeo dejarte nunca.

—Bien, porque yo tampoco. —La mano en su cabello aparta algunos mechones de su flequillo. Con la otra, lo hala hacia sí hasta que puede besarle en ese punto expuesto de su frente.

—Seguiré sintiéndome mal por nuestros personajes, eso sí...

Vamos.

¡Aún tengo escenas de duelo, ¿sabes?!

—Y luego lo matarán y se reencontrarán.

Años después, y no por mucho.

Nosotros seguiremos aquí y eso es lo importante.

—Ah... —Suspira. No puede darle la contraria, pero él tampoco entiende la empatía exclusiva que desarrolló a estos roles en específico.

Se rinde solo porque ya sabe cómo solucionará su duelo de segunda mano: más noches de comedia romántica acurrucados para escuchar más sus latidos que a los diálogos de las películas.

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