Capítulo 7 ◕✿。

48 6 1
                                    

Empañado Farisha 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Empañado 
Farisha 

La embriaguez de mi cuerpo, caliente, es entregado a sus caricias, erizando mi piel, las embestidas son sonoras y mis pezones se encuentran erectos y susceptibles al rozar la tela fina de las sábanas.

—Me encanta esta vista —gime azotando mis nalgas, dejando un ardor que me excita.

E inclinó más mi torso para dejar en popa mi trasero para sentir más profundas sus embestidas bestiales, llenándolo de satisfacción con mi acción.

—Oh... Sí —susurro contra la almohada, cuando siento su polla enterrada con fuerza y rápido al sostenerse de mis caderas sin importarle su herida para llegar a su liberación.

El característico placer electrizante que toma todo mi cuerpo me deja exhausta y me recuesto en la mullida cama sin poner atención a lo que hace en las siguientes tres horas.

—¿Acaso no tienes ocupaciones? —indaga Ayari recién duchado y vestido con unos jeans caqui y una polera blanca, llenando la habitación con el olor de su colonia, perezosamente llevo las sábanas contra mí desnudes cuando la mucama entra con un carrito llenó de bocadillos exquisitos.

—Claro que sí —respondo sin la menor vergüenza, cuando a la mujer se le ruborizan las mejillas, observando el desastre de ropa por todos lados y la cama deshecha, se enfoca en mí y le sonrió guiñando a su dirección, Ayari niega cuando observa como huye de la habitación. «Si antes era descarada, ahora soy peor», lo sé y no me avergüenza reconocerlo.

—Lo aclaró, porque no veo que te muevas, y te advierto que no tienes todo el día —asevera, abrochando su reloj para posteriormente tomar su abrigo —. Nos iremos dentro de seis horas, así que espero y sepas aprovechar el tiempo.

Dice esto último llevándose una fresa a los labios para salir de la habitación, dejándome sola con todo el peso de nuestro matrimonio.

───────•◕✿。•───────

Introduzco mis manos, insegura en mi enorme abrigo, detallando el vestido blanco con mangas caídas y encaje cubierto de pedrería estilo princesa que se encuentra en el maniquí

—¿Desea probárselo? —cuestiona la chica menuda y de cabello castaño que me acompaña —. Lo hemos hecho exactamente como lo solicito y en tiempo récord.

Asegura feliz y orgullosa por su creación, y la verdad es que no tengo nada por lo cual quejarme, ya que el vestido es tal cual lo pedí: con un corsé de encaje floral que se ajuste a mi pecho dejando mi torso traslúcido, con una falda enorme y pesada cubierta con pedrería, lo cual da la ilusión de ser de la realeza por lo magnífico y elegante que es.

—Quisiera ver el otro —digo con seriedad, apreciando la tela con una sensación amarga en mi pecho, puesto que la idea de casarme jamás fue así «todo lo hago por mi familia», me recuerdo, suspirando profundo, observando la enorme sala de vestidos de París, la ciudad del amor, junto a los hombres que custodian afuera. 

Tormentosa Aflicción Libro 2 (Completo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora