Delirio
LiliethLa cabeza me punza, las sábanas no merman lo helado de la estancia y el pecho me duele, irónico, pero los recuerdos van y vienen de una manera desesperante. La incertidumbre de saber dónde se encuentra mi padre me acompaña y me arropó aún más forzándome a dormir con el recuerdo de los bucles de mi madre y su sonrisa brillante junto con su estómago exuberante.
—¿Qué obsequio le toca a papá esté año? —, la curiosidad picaba y me senté con mis piernas flexionadas al estilo indio mientras ella negaba divertida tomando mi pijama rosa de estrellas.
—Le he tejido un abrigo de lana con tu nombre y el de tu hermanita —respondió con cariño, mientras me ayudaba a vestirme —. Pero no le digas a papá porque es una sorpresa.
Asentí aplaudiendo con efusividad, puesto que me encantaba tener esa confidencialidad con mi madre.
—Te prometo que cuando yo me casé también seguiré tus tradiciones y le daré a mi marido un obsequio especial todos los años, hasta envejecer juntos —prometí como una soñadora empedernida, y ella cepilló mi cabello para empezar a trenzarlo.
—Yo no deseo imponerte mis costumbres, ni tampoco mis creencias —aseguró con cariño —. Y te concederé el permiso únicamente con la condición de que la persona con la que elijas pasar el resto de tu vida te haga sentir especial, única e inigualable porque no te mereces menos mi bella Lilieth —aseguro, dejando las dos trenzas descansar sobre mis hombros, instándome a observarla para concentrarme en sus ojos grises que eran más claros que los de mi padre al tomar mis mejillas —. Prométeme que lo harás si solamente llegas encontrar a alguien que te haga sentir así.
—Te lo prometo.
—Ahora es hora de descansar — apartó las sábanas, instándome acostar para arroparme con la sábana rosa pastel hasta la altura de mi cuello, alisando mi cabello, dándome un beso maternal a la altura de mi coronilla apretujándome el pecho.
— Papá vendrá hoy, ¿cierto? — indagué con curiosidad y ella asintió acariciando su vientre —. Porque no puede perderse el nacimiento de Ada.
—Así es —confirmó con una sonrisa dando varios besos en mis mejillas al hacerme cosquillas —. Porque tu hermana ya desea conocer el mundo y a la increíble hermana mayor que tendrá.
Su sonrisa se congeló y su rostro palideció al escuchar el estruendo del piso de abajo.
—Levántate y escóndete en el armario y no salgas hasta que yo vuelva —ordeno sería y me apresuré a obedecerla con el corazón desbocado por el miedo.
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Tormentosa Aflicción Libro 2 (Completo)
RomanceEl trono no está en juego, el tablero se reinicia y Daren Volkov deberá enfrentarse al pasado del qué tanto a querido desertar ya que el tiempo es la aflicción de la tormenta que inrumpe en su alma. La reina que arde bajo las llamas de la venganza e...